La escasez de bandoneonistas preocupa a los tangueros villamarienses.
No es sólo un fenómeno local, al punto que ya existen movimientos en Buenos Aires para proteger al músico y sobre todo a los instrumentos, que se hallan en amenaza de extinción.
La delicada cuestión fue abordada en uno de los pasajes del recital que dio la Orquesta Municipal de Música Ciudadana el pasado sábado en el Centro Favio.
La expresó Miguel Angel Borsatto, uno de los animadores del concierto con el cual se celebró el aniversario número 13 de la agrupación que lidera Alberto Bacci y que se presentó reducida en cuatro integrantes, atraídos por compromisos artísticos anteriores.
Borsatto resaltó que mientras en las líneas de cuerdas se percibe una clara renovación hacia artistas jóvenes, en la de bandoneones no se avizora el recambio: Tomás Rolando, Elmer Róvere y Eduardo Castillo asintieron desde sus lugares y con el esquivo “fuelle” en sus rodillas.
Por lo demás, salvo algunas desinteligencias en la presentación de los tangos y en la apertura de micrófonos, el encuentro tanguero fue logrado y ameno. Abordó la temática de mediados de siglo pasado, a lo largo de una hora de espectáculo.
Un momento especial lo anunció el propio Bacci, quien tras aclarar que no es locutor, sino “sólo un frustrado hincha de Boca”, dejó en el micrófono a Angel Aimale, un colaborador de la Orquesta que se animó a cantar “Los cosos de al lao”, de Larrosa y Canet.
El final, tras varios bises, fue improvisado por el propio público, que con afecto cantó el “que los cumplas...”.
Juan Carlos Seia