Como un deja vú, muchos habrán preguntado si era el “Fede” de Belgrano, aquel de la jugada crucial que pudo haber cambiado su historia si no hubiese sido por culpa de un tal José Luis Félix Chilavert. O tal vez se mostraba como el “Fede” de Alumni, el que Mario Requena llevó de a poco o el que volvió un día con su jerarquía ganada. 

Es que, a pesar de sus 37 años, “Fede” sigue siendo el mismo. Carismático, aguerrido, inteligente, potente, buen tipo.

La distancia entre aquellos “Fedes” y éste que convirtió cuatro goles el domingo, por los cuartos de final de la Liga Villamariense, está marcada en el camino recorrido.

“Encontré una madurez que fui logrando con el transcurso de los años. La verdad es que entreno mucho mejor ahora que cuando tenía veinte años”, le confesó el delantero a EL DIARIO, con una sonrisa. 

“La confianza de mis compañeros y de todo el cuerpo técnico es algo que sirve para seguir mirando hacia adelante”, afirmó después, aunque dejó puntos suspensivos para su futuro inmediato: “No tengo definido si sigo hasta julio o hasta fin de año, pero si hay algo de lo que estoy seguro es de cómo estoy disfrutando mis últimos partidos”.

El secreto para todo, según Ferrer, es “sentir el fútbol de la misma manera”. Y esa manera, parece, tiene que ver con las ganas de obtener el éxito a nivel grupal en Rivadavia, como para darle un broche de oro a su carrera, siendo el único jugador de la LVF que militó en Primera división.

“Si el año pasado, en la semifinal, hubiera entrado a la cancha de Argentino y me daba lo mismo, me hubiese ido; cuando entrás a una cancha de fútbol lo hacés para ganar, yo lo siento y lo sigo sintiendo de la misma manera, así sea de local o de visitante”, recalcó.

En diálogo con FM Horizonte, de Arroyo Cabral, añadió: “Cuando comíamos el asado con los amigos me iba contento a mi casa si ganábamos, yo soy así”.

Ese entusiasmo terminó siendo contraproducente para el arquero rival, Luciano Pereyra, quien debió sufrir la euforia goleadora de Ferrer en el 4-1 de Rivadavia ante San Lorenzo. Encima, Ferrer lo amargó desde temprano, con una definición exquisita, propia de los grandes. 

“Fue lindo gol porque fue una buena jugada de Gozzerino, quien me la dio atrás y, como viene, puedo decir que la tiré ahí”, confesó “Fede”, aunque recalcó: “En esta cancha le he pegado varias veces a los eucaliptos”.

Considerado por algunos amigos como un “loco lindo”, por esa manera de vivir el fútbol, Ferrer reconoció: “Yo me pongo mal cuando no hago goles, el jueves mis compañeros me miraban porque salí pateando puertas”. 

“Mi misión adentro de la cancha, siempre que empecé a jugar, es hacer goles, es la forma que uno contribuye al equipo, entonces cuando lo erro, me pone mal”, añadió. Y recordó: “Contra Colón me erré un gol increíble abajo del arco”. 

Los cuatro tantos del domingo hicieron olvidar aquello, por eso Ferrer deseó que “sea un puntapié inicial para poder ganar en este equipo, que es mi segunda casa... Porque todos saben que volví a Rivadavia por Marcelo y por el club porque a esta camiseta la quiero y la llevo adentro también”.

 

Lo que viene

 

Hombre con oficio y conocimiento, Ferrer no sólo habló de su momento, sino también del equipo y de lo que se viene.

No es para menos. En la era Santoni, Rivadavia sólo perdió una vez en condición de visitante, precisamente, en Ticino y Atlético, el rival que tendrá el “Verde” en semifinales.

Ferrer no anduvo con vueltas: “Para mí, de esta semifinal saldrá el campeón”, tiró.

“Ellos ya le ganaron a Colón, a Alem, a nosotros... Para mí es el rival más duro del campeonato”, agregó.

“Si bien en la otra llave hay dos rivales durísimos porque Argentino siempre está en semifinales y Alem todos saben lo que es, me parece que Ticino es más duro para nosotros”, subrayó.

En ese sentido, argumentó: “Si nosotros nos desconcentramos diez minutos, te agarran los Páez, Fassi y alguno más, te pintan la cara y te volvés a casa”.

De todas maneras, Ferrer elogió al enemigo por detrás de lo que tiene Rivadavia.

“Nosotros tenemos equipo para estar en una final y, nombre por nombre, capaz que seamos más, pero siempre debemos hacer lo que hicimos contra Alem en Villa Nueva, porque si logramos no regalar ni cinco ni diez minutos, será imposible que nos ganen”, destacó.

“Al rival lo tenemos nosotros mismos, entonces si hacemos lo que hicimos contra Alem, lograremos el objetivo”, agregó.

 

Junto al “Chelo”

 

Desde la FM Horizonte le recordaron a Ferrer una vieja frase que Marcelo Santoni le dijo a EL DIARIO cuando jugaba en Alumni: “Si vuelve Ferrer, yo no juego”, supo decir el “Chelo”.

El tiempo, claro está, curó las heridas. Hoy el técnico y el delantero no dejan de mimarse. 

Para Santoni, Ferrer es el delantero más importante que dio el fútbol local en los últimos 20 años. Y para el “Fede”, Santoni lleva el éxito en la sangre.

“Siempre me encantó su personalidad; me acuerdo perfectamente cuando aquella vez me criticó, pero después terminó diciendo ‘si no juega Ferrer... ja, ja, pero yo era complicado, no iba a entrenamiento los martes... Daba razones para que me criticaran”. 

“A mí gusta la pesca, alguna que otra cosita más... Entonces vos podés decir lo que quieras de Santoni, pero para entrenar, es un monstruo. Siempre apunta a lo más alto. A los chicos de reserva les hizo entender cómo es esto. Hoy van a disfrutar de poder jugar unas finales gracias a Santoni y Morales. 

Estos juegan para aspirar a lo máximo, siempre entendió el fútbol así y yo lo respeto y estoy al lado de él por eso, por la manera de entender el fútbol”.

“A lo mejor lo toman como que fuimos, pero yo los veo más a ellos que a mi hermana, lunes, martes, jueves a la noche... Es natural, organizamos el entrenamiento para comer un asado e ir a ver a los chicos que están con uno”.

“Son unos pendejos bárbaros, con condiciones. Rivadavia no puede traer diez o quince jugadores todos los años y creo que acá lo entendieron gracias a este cuerpo técnico. Estamos todo el día compartiendo momentos buenos y malos”.

“Estoy muy contento por ellos”.