Prácticamente la mayoría de los directivos se encontraba en la reunión, presidida por el titular del club, Sergio Hidalgo, quien hizo un parate para confirmar la novedad cuando fue abordado por EL DIARIO.

“La prioridad siempre la tuvo Héctor Arzubialde, lo que pasa que hoy el club no está en condiciones de darle a él todo lo que habíamos pensado desde un principio en cuanto al proyecto integral”, afirmó el dirigente. Y agregó: “Sin Arzubialde, optamos por un plan B, manejamos la posibilidad de Toresani y (el ‘Rulo’) González y al final, por unanimidad en la comisión, se resolvió que sea Toresani”.

Será la primera vez que Toresani dirigirá en Córdoba. Antes lo hizo en San Martín de San Juan, Colón de Santa Fe, The Strongest de Bolivia y Deportivo Madryn, mientras viene de desvincularse de Textil Mandiyú de Corrientes.

Su nombre en Alumni comenzó a sonar fuerte en las últimas horas, aunque pocos imaginaron que se iba a cortar el vínculo con Arzubialde en Villa María. 

“Vamos a hablar con Héctor”, decían los dirigentes, que se lamentaron por no poder trazar un proyecto más grande, por cuestiones económicas. No obstante, se sabe que hay dirigentes que se desencantaron de Arzubialde después del descenso y otros que se mostraron apurados mientras el DT se recuperaba de una intervención quirúrgica que le realizaron a principios de mes.

Además, mientras se esperaba que Arzubialde pidiera un buen número de refuerzos para pelear arriba, en el club coinciden en acelerar la inclusión de la mayoría de jugadores propios. “Queremos que jueguen los nuestros”, indicaron anoche algunos dirigentes.

En ese sentido, Toresani tendrá que interiorizarse sobre todo el fútbol de la zona. 

El próximo Argentino B podría comenzar a fines de agosto. 

 

Un conocido

 

Toresani nació el 5 de diciembre de 1967 (45 años), en Santa Fe.

Como jugador, debutó en primera división en 1986, con la camiseta de Unión; en 1989 se vino a Córdoba para jugar en Instituto, pero luego volvió al “Tatengue”.

Tras consolidarse en Santa Fe, fue adquirido por River Plate, donde actuó durante cuatro temporadas y ganó tres títulos. Luego convulsionó a la provincia santafesina cuando pasó a Colón, el enemigo de Unión.

Jugando para el “Sabalero”, Toresani tuvo más relevancia cuando, después de un partido, se cruzó feo con Diego Maradona, nada menos, quien en ese momento actuaba para Boca.

“Segurola y Habana 4310, séptimo piso”, lo desafió el “diez” ante las cámaras, citando la dirección de su casa para invitarlo a pelear, en una de las frases más recordadas en la carrera de Maradona.

A pesar del cruce, meses más tarde Toresani se amigó con el diez y pasó a Boca, donde al principio fue resistido (sobre todo por su pasado en River), pero luego se ganó el público con sacrificio para jugar cada pelota, tal como fue su estilo como mediocampista por la derecha. 

Un año estuvo Toresani en Boca, después llegó a otro grande del fútbol argentino: Independiente de Avellaneda, desde el 98 al 99, antes de volver a Colón.

En 2000, el destino de Toresani por jugar en el club rival de los colores que había defendido no se apagó, ya que pasó a Racing de Avellaneda, hasta el 2001. Luego partió por primera vez al exterior para jugar en Audax Italiano de Chile, posteriormente retornó por segunda vez a Colón y se retiró ahí nomás, en Patronato de Paraná, en 2004.

Ese mismo año comenzó su carrera como DT. Es que apenas colgó los botines, Toresani fue llamado para dirigir la B Nacional, en San Martín de San Juan. 

Su pasado por los colores que más quiso, los de Colón, le dieron una chance en ese club durante 2006, pero duró poco. Un año después dirigió en Aldosivi de Mar del Plata.

En 2009, trabajó en Bolivia (The Strongest) y luego volvió a su país para dirigir en el ascenso del Argentino B: Deportivo Madryn y Textil Mandiyú de Corrientes.

Más allá de lo futbolístico, Toresani fue noticia en los últimos tiempos por haber superado un cáncer que afecta los ganglios linfáticos.

“Pensé que la vida se me iba a terminar a los 45”, le contó al diario deportivo Olé.

“Un miércoles, después de jugar al fútbol con amigos en Santa Fe, me toqué el cuello y sentí un bulto; lo comenté y me dijeron que me hiciera revisar. Me dieron análisis, tomografías, de todo. Y el  lunes siguiente ya me estaban operando para hacer una biopsia”, narró el “Huevo”.

La vida le volvió a sonreír a Toresani, quien sigue buscando progresar como técnico. Habrá que ver cómo le irá en Villa María.