A requerimiento de la Fiscalía de Cámara y la Defensa, como consecuencia de un acuerdo previo, la jueza Silvia Saslavsky de Camandone le impuso ayer una pena de dos años de prisión de cumplimiento efectivo a un joven changarín que baleó a un vecino de barrio Nicolás Avellaneda en un confuso episodio.
En el marco de un juicio de trámite abreviado, Leandro Omar Sarmiento confesó su responsabilidad en el hecho que se le atribuía, por lo que se omitió la recepción de pruebas testimoniales en la sala de audiencias que la Cámara del Crimen posee en el quinto piso de Tribunales.
Al concluir el proceso oral y público, la magistrada lo declaró autor responsable de los delitos de “violación de domicilio” y “lesiones graves” y le aplicó la condena antes descripta, que lo dejará en la cárcel hasta -como mínimo- los primeros días de setiembre de 2014.
Sarmiento, de 24 años de edad, está detenido desde los primeros días de marzo pasado y deberá completar un año y medio tras las rejas para solicitar el beneficio de la “libertad asistida”, instituto legal que permite la excarcelación seis meses antes del cumplimiento total de la pena impuesta, siempre y cuando el informe carcelario y una pericia psicológica se lo permitan.
El hecho que lo llevó a la cárcel se produjo poco antes de las 10 de la mañana del domingo 3 de marzo en una vivienda ubicada en calle Intendente Reyno, entre Salta y La Rioja, en el ya citado barrio villamariense.
Sarmiento ingresó al inmueble de manera ilegal y, tras recriminarle al dueño de casa un supuesto hecho de “abuso sexual” en perjuicio de una familiar suya (algo que nunca se comprobó), le efectuó dos disparos a quemarropa y se dio a la fuga.
El hombre, de 62 años de edad, fue trasladado al Hospital Regional Pasteur, donde se determinó que los proyectiles lo habían alcanzado en el tobillo izquierdo y en la región abdominal, aunque no resultaron afectados órganos vitales. Sin embargo, por el tiempo de curación prescripto, las lesiones fueron consideradas “graves”.
A partir de los datos proporcionados por el sexagenario, pocos minutos después del hecho la Policía logró detener al agresor en calle Salta al 2700 y le secuestró un revólver marca “Bagual”, calibre 22, con ocho balas en el tambor.
Sarmiento se entregó sin ofrecer resistencia y desde entonces se encuentra privado de la libertad.
Durante la audiencia de la víspera, el joven dijo estar arrepentido por lo que había hecho y le atribuyó su proceder delictivo a la adicción a las drogas que padece.
De este modo, recibió la tercera condena -segunda de cumplimiento efectivo-, por lo que fue declarado reincidente.
Además de la jueza Saslavsky, intervinieron en la audiencia de debate el fiscal Francisco Márquez y el abogado Eduardo Rigalt (patrocinó al condenado), mientras que la secretaria actuante fue Gabriela Sanz.
Otras condenas
En materia de antecedentes penales, Sarmiento registra otras dos condenas impuestas por la Justicia local en 2007, con la particularidad de que fueron aplicadas con apenas seis meses de diferencia.
El 6 de marzo de aquel año, recibió la primera sanción penal: tres años de prisión en suspenso por “robo reiterado” (dos hechos) y “violación de domicilio”.
Para más datos, Sarmiento fue condenado entonces por un robo a una pareja perpetrado en las inmediaciones de bulevar Sarmiento y San Martín (hecho en el que participó junto a un vendedor ambulante), mientras que en otro episodio, consumado individualmente, se apoderó de diferentes elementos luego de entrar en forma ilegal a una panadería ubicada en calle Carlos Pellegrini.
En tanto, el 5 de setiembre de 2007 fue castigado con una pena unificada de tres años y dos meses de prisión efectiva, tras ser declarado autor de “robo agravado” por uso de arma de fuego, como consecuencia de haber asaltado a un taxista, al que despojó de la recaudación.