Una mujer perdió la vida y su esposo se encuentra internado en grave estado, con pronóstico reservado, tras colisionar el coche en el que se conducían contra dos equinos que caminaban en libertad, sin que ninguna persona los controlara -aunque atados el uno al otro, cogote con cogote- sobre la autopista Córdoba-Rosario, frente al parador de la autopista, a las puertas de Villa María.
Se trata de Zulma Agüero, de 49 años, y Daniel Fioramonti, de 50, ambos oriundo de Carlos Paz, quienes iban a bordo de un Renault Scénic cuando, a la altura del kilómetro 561 de la mencionada carretera, fueron sorprendidos por la presencia de los equinos en la carpeta asfáltica y no consiguieron evitar el impacto con saldo fatal.
Ocurrió a la 1.40 de la víspera, sobre el carril que observa sentido norte-sur.
Según informaron fuentes policiales, Agüero falleció de forma instantánea como consecuencia de las graves heridas sufridas en la colisión.
Fioramonti, en tanto, quien padeció politraumatismos, fue trasladado en una unidad de los Bomberos Voluntarios hasta el Hospital Regional Pasteur, donde permanece internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), con asistencia respiratoria mecánica.
Desde el Pasteur se informó que el hombre tenía traumatismo de tórax severo y fractura múltiple de costilla.
Investigación
La investigación de lo ocurrido quedó en manos del fiscal de Instrucción Félix Martínez, quien deberá determinar cómo ocurrió el accidente, a quién pertenecen los equinos y por qué los animales estaban sueltos sobre la ruta.
Hasta anoche, según pudo saberse, el funcionario judicial no contaba con esa información, pues los equinos no tenían marca alguna.
A toda velocidad
Según relatos de testigos, el Scénic circulaba a alta velocidad, se estima que a más de 150 kilómetros por hora, cuando impactó contra la yegua que estaba preñada.
A consecuencia del impacto, los equinos fueron despedidos unos 30 metros y la yegua parió su cría, sin vida.
Por su parte, el auto, descontrolado, se dirigió hacia el cantero central, donde volvió a tomar impulso, ya que el desnivel del cantero funcionó como una rampa y el Renault voló para terminar su recorrido dentro de un campo ubicado en la mano contraria a la que circulaba, con las fatales consecuencias ya dicha.