El edificio del Inescer sirvió ayer como escenario para que el escritor Marcelo Valko presentara su libro “Desmonumentar a Roca”. En el mismo, un trabajo de aproximadamente 400 páginas, su autor intenta aportar hechos y evidencias que demuestren las caras más tristes que tuvo el Gobierno de Julio Argentino Roca.
“La gente de pronto piensa que con todos los problemas que tiene el país hay personas que se dedican a cambiar carteles de calles, como si fuera una pavada. Pero no lo es, porque nada es más peligroso que una estatua en su aparente inmovilidad, porque es modélica y nos dice quién está arriba y quiénes la miran desde abajo. La estatuaria dice quién fue premiado por la historia oficial y si de pronto observamos a esa gente premiada, más que pedestales merecen prontuarios. Julio Argentino Roca reinstauró la esclavitud. En su época había diarios que textualmente decían ‘se reparten niños como si fueran perritos’, una atrocidad”, apuntó Valko en diálogo exclusivo con EL DIARIO, al mismo tiempo que aclaró “hacemos hincapié en la figura de Roca, pero él no fue solamente el problema, sino que también lo fue el imaginario nacional que estuvo muy lejano de ese espíritu fraterno de la Revolución de Mayo”.
Entre una de las principales metas con las que creó el libro, el autor contó que “lo que busco es mostrar con pruebas fehacientes la crueldad innecesaria que aplicó el general Roca en su primera Presidencia contra los pueblos originarios y en la segunda contra los extranjeros de ideas disolventes. Tenemos todas las pruebas de lo cruel que fue su Gobierno, la historia oficial nos mintió, así como lo hicieron por ejemplo ‘Anteojito’ y ‘Billiken’, los dos nos mintieron”.
“Tuvimos la mala suerte de que la revolución no llegó, porque los mejores murieron pronto. Moreno en 1911, Castelli en 1912, Belgrano en 1920, Güemes en 1921, en 1925 Monteagudo, en 1930 murió Bolívar y así muchos más, todos injustamente. Los que vinieron después se vistieron de patria, se maquillaron de Mayo y nosotros nos quedamos con este país chiquito enquistado en el puerto de Buenos Aires, un país mezquino y egoísta que le da la espalda al interior y al resto de Latinoamérica”, indicó.
“No se puede concebir que en este país Belgrano y San Martín juntos no lleguen a tener la misma cantidad de calles, plazas, estatuas, bulevares, monumentos y ciudades que Julio Argentino Roca. Eso sucede porque Belgrano y San Martín eran dos patriotas, dos luchadores, dos revolucionarios que nos dejaron apenas una Patria, en cambio Roca regaló 42 millones de hectáreas a familias pudientes”, añadió.
Finalmente, Valko intentó dejar un mensaje bien claro para la sociedad, apuntando que “quiero que sepan que yo no estoy en contra de ningún ciudadano argentino que defiende a Roca. Yo soy docente universitario y no puedo estar en contra de alguien que aprendió lo que su maestra le enseñó cuando era chico o con alguien que va a un cajero automático y saca un billete con la cara de Roca, o va caminando y se encuentra con una calle o una estatua con su nombre. Si el Estado lo puso en esos sitiales de honor es porque algo bueno habrá hecho. La gente no tiene tiempo de leer un libro de 400 páginas como el mío, porque está siempre corriendo detrás de su sueldo, atrás de su fin de mes”.