El trigo es el producto alimenticio por excelencia, el único que contiene el gluten que permite la elaboración de productos nutritivos y, hasta ahora, accesibles para la canasta familiar.
Pero la pésima cosecha pasada y las pocas hectáreas sembradas provocaron una situación de escasez que hace que la espiga dorada cotice como oro en los molinos.
Ningún economista hubiera arriesgado afirmar de manera predictiva que, algún día, el trigo tendría un valor superior a la soja. Pero así es. Ahora, se habla de 475 dólares la tonelada, según el sitio especializado FYO.com. El mismo sitio ubica a la soja para julio de este año en 321,5 dólares la tonelada.
Recientemente, el diputado por el Frente Cívico Jorge Valinotto presentó un proyecto para que el Gobierno nacional autorice a importar trigo, lo que, de darse, sería un hito en la historia para un país tildado como "granero" del mundo precisamente por sus reservas de cereal.
Sin embargo, al consultar actores de la cadena productiva y del Gobierno nacional, coinciden en señalar que no se llegará a esa situación porque las existencias actuales, aunque caras, permitirán llegar a fines de noviembre, mes en que sobrevendrá la próxima cosecha.
¿Cómo llegamos a esto?
Los representantes de las asociaciones que nuclean a los productores responsabilizan de esta situación a las políticas del Gobierno nacional.
Carlos Bergia, de Federación Agraria Argentina (FAA), dijo que las restricciones en la comercialización iniciadas hace unos cinco años motivaron que el productor siembre cada vez menos trigo. "Con años buenos o años malos, Argentina siempre tuvo un remanente exportable importante. Hoy no hay trigo y puedo asegurarle que no lo tienen los productores", dijo.
A su criterio, alguien se ha "excedido" en los permisos de exportación, haciendo que se comercialice más en el exterior sin hacer las previsiones para el consumo interno.
"Como decimos siempre desde Federación, el camino más fácil para garantizar el trigo para los argentinos es eliminar las retenciones a ese cereal, que están en un 23%. Si el productor cobra el precio llano, podría regalar todas las toneladas que se necesitan para el pan de los argentinos sin perder plata", agregó
"Creo que esto refleja el fracaso de la política aplicada desde la Secretaría de Comercio Interior", dijo
Néstor Roulet, de Cartez, hizo un análisis similar indicando que, a su criterio, la baja en la producción actual se debe a "las políticas erráticas" del Gobierno nacional "que entiende que la exportación compite con el mercado interno, cuando, en realidad, se complementa".
Indicó que si ingresan más dólares al país por exportación, hay "más posibilidad de compensar los valores del trigo vendido en el mercado interno".
Pese a todo, entiende que si bien es cierto que hay menos trigo y de menos calidad, "estimo que se llegará a noviembre sin necesidad de importar". "Aunque debo decirle que hoy en Uruguay el trigo está a 280 dólares y en Argentina supera los 400 dólares", por lo que "ayudaría a bajar el precio local".
"El problema no es de coyuntura, sino más profundo. El trigo es necesario para garantizar el sistema de rotación. Pero si el productor ve que siembra trigo y no lo puede vender, como vino ocurriendo los últimos años, deja de apostar a ese sistema y se aboca a la soja. Así terminaremos destruyendo los suelos de la provincia", agregó.
Ambos coinciden en que el trigo que ahora aparece como faltante está en manos de los exportadores que aún no lo vendieron al exterior y que, por lo tanto, deberán volcarlo al mercado interno. "El tema es que lo compraron a 180 dólares y lo venderán a 400 dólares. Es el modelo nacional, que concentra la riqueza de la cadena productiva en pocas manos", dijo Roulet.
¿Cómo salimos?
En los ciclos productivos, el buen precio de hoy, si bien produjo un aumento significativo de la canasta familiar por el precio del pan cada vez más elevado, alentó a los productores a sembrar más trigo.
Según las estimaciones, cuando aún falta el trigo de ciclo corto, hay en el país algo más de 4,5 millones de hectáreas sembradas, el 50% más que la campaña pasada.
Es alentador saber que si se dan las proyecciones, habrá unas 13 millones de toneladas de trigo cosechadas en el país, bastante más que los nueve millones de la última cosecha.
"El productor no se tiene que quedar pegado al precio actual del trigo, porque evidentemente que es pasajero. Igual, va a tener muy buenos valores. A diciembre de 2013, se habla de 200 dólares la tonelada y quedará en ese precio o un poco más", indicó Héctor Donato, del Centro Oliva de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).
"El trigo sigue siendo una muy buena alternativa de negocios", agregó y coincidió con los representantes de los productores indicando que "no creería que se llegue a importar" antes de la cosecha.
Más que hablar de la actual coyuntura, prefiere hablar a futuro. "En la cosecha pasada se sembró muy poco, en gran medida por razones climáticas y también por la incertidumbre política. Este año esto se está revirtiendo", dijo.
Desde ACA trabajaron para conseguir la semilla a todos los que querían sembrar, dado que fue -y sigue siendo- uno de los obstáculos del inicio de la cosecha.
"Si el clima ayuda, va a haber buena cosecha y se normalizará la situación", concluyó Donato.