Escribe: Jesús Chirino
Villa Nueva, tal cual escribió el historiador Pablo Granado, se trata de un pueblo con historia. Y la historia, como pasado, mirado desde el presente, es un río cuyas aguas alimentan el mar de la identidad de la ciudad donde fructifican las particularidades de los vecinos. La historia de Villa Nueva viene de lejos, es una localidad nombrada en numerosos documentos y libros de viajeros que recorrieron estas pampas mucho antes de que surgiera el ferrocarril. Recordamos aquí algunos datos elementales de esta hermosa localidad en cuya geografía han sabido crecer hombres y mujeres de gran valía.
Nombre
Según sostenían, el multifacético artista villanovense Armando Fabre y el historiador Pablo Granado, Villa Nueva lleva este nombre para diferenciarla o separarla del agrupamiento de construcciones, ranchos, erigidos a orillas del río Ctalamochita, constituyendo el poblamiento Paso de Ferreira, en otras palabras “Villa Nueva existe con este nombre porque en el mismo lugar había una Villa Vieja. En otros tiempos también conocida como Villa Nueva la del Paso de Ferreira o Villa Nueva del Rosario”, para alrededor de 1836 pasar a ser solamente Villa Nueva. Granado en su libro “Villa Nueva, un pueblo con historia” dice que estas tierras, según “descubrimientos familiares de tres culturas indígenas”, pertenecerían a los pampas, los sanavirones y los comechingones. Son lo que “podrían haber habitado estas tierras” antes que llegaran los europeos. Y a poco tiempo de llegar la invasión del “blanco” fueron traídos a América hombres y mujeres de Africa. Las tierras villanovenses también supieron del sufrimiento de aquellos que fueron esclavizados y traídos a la fuerza a este continente.
Fundación
En relación a la fundación de la ciudad, el mismo Granado sostiene que “las causas por las cuales se funda Villa Nueva y la fecha exacta de la fundación han quedado sumidas en la ignorancia al no encontrarse su acta de fundación. La misma se encontraba depositada en el Archivo Municipal dentro de un tubo de lata, de donde desaparecieron según informó en reiteradas oportunidades don Juan Manuel Pereyra”. Así es que las razones del origen de esta localidad se pierden en el tiempo, pero sí se conoce que en 1826 Apolinario Carranza “donó cuatro cuadras de frente sobre el río y dos leguas de fondo hacia el sur. Don Juan Bautista Carranza, dos más paralelas y contiguas a los efectos de que se fundara Villa Nueva. Posteriormente, Hilario Carranza, Renovato de las Casas, Martín Abaca, León Correa y Benito Correa se asociaron y donaron dos cuadras más paralelas y contiguas a las anteriores”.
Ciudad
Pasaron los años, con ellos tiempos buenos y también de los otros, y frente a la señorial Villa Nueva, del otro lado del río que besa sus pies, en 1867 nació una hermana. El ferrocarril y el comercio hicieron que la nueva localidad creciera con mayor celeridad que el tradicional núcleo urbano nacido en las tierras donadas por los Carranza. Así en 1915 Villa María fue declarada ciudad, en tanto que Villa Nueva tuvo que esperar hasta los años 80 del Siglo XX para alcanzar la suma de diez mil habitantes. Cantidad mínima para aspirar a esa categoría.
En 1981 la Dirección de Informática, Estadística y Censos de la provincia declaró que en la localidad vivía un número de vecinos suficiente para que Villa Nueva fuera considerada ciudad. Así fue, que quienes entonces ocupaban el Gobierno de la provincia de Córdoba, decidieron elevar la población a la categoría de ciudad. En la edición del sábado 28 de noviembre de 1981 del diario “Noticias” se informó que Villa del Rosario, Arroyito, Villa Allende y Río Segundo también habían sido declaradas ciudades junto a la segunda localidad del Departamento San Martín. Así Villa Nueva lograba lo que su hermana había conseguido más de cincuenta años antes. Igual, a las dos las sigue uniendo el río y las historias familiares de sus habitantes que no reconoce de límites.