Señor director:
Me dirijo a usted con el fin de encontrarle una solución a mi problema, ya que he recurrido a la Justicia y no encontré respuesta. Lo único que encontré fue discriminación.
Desde el mes de enero mi hija no puede andar sola en la vía pública, como una adolescente normal. En el mes de enero fue agredida físicamente, con lesiones, por la pareja de su padre, quien a su vez le decía "le voy a decir a tu papá que te quite la casa".
La menor logró correr hasta su hogar, de donde salió su madre en defensa suya. Al recurrir a la Policía, les tomaron una "exposición"; sí, sí, aunque usted no lo crea.
A mediados del mes de febrero, a dos cuadras de su casa vuelve a ser agredida la menor por esta persona, pero esta vez se le suma la hija de la agresora pegándole y repitiéndole lo mismo sobre la casa. Otra vez, en la Policía le toman a la menor y a su mamá la denuncia. A pocos días, es citada la agresora y la madre de la menor, pintándole los dedos a ambas; a la agresora por agredir, a la madre por defender a su hija.
A los pocos días llega a mi casa una orden de restricción de ella hacia nosotras y viceversa, por el día sábado 30/06/13, siendo las 19 horas, en Comercio y Marcos Juárez, Villa Nueva, la adolescente vuelve a ser interceptada por la mujer de su padre y la hija, pegándole ferozmente y diciéndole "pendeja p..., no voy a parar hasta que me dejes la casa. Te voy a matar" y agrediendo verbalmente a los testigos que había en el lugar, que lograron sacar a la menor.
Se hizo la denuncia, declarando los testigos.
El día lunes me dirijo a Tribunales y fui discriminada por el doctor Atienza y su secretaria, doctora Oyola. A mi problema no le dieron importancia, incluso el doctor Atienza me dijo lo siguiente: "No podemos ponerla entre rejas a la agresora porque quedan familiares afuera".
Me sentí como amenazada por la propia Justicia.
Hace 10 años yo tuve un problema con esa Fiscalía y el doctor Atienza le preguntó a Oyola: “¿Cornejo, la de aquella vez?”, a lo que Oyola respondió: “¡Ah, mirá vos!”.
Yo creo que un problema de hace 10 años no tiene nada que ver con el calvario que sufre mi hija.
Yo me pregunto, ¿para qué pierden el tiempo en hacer leyes de trata de personas, violencia de género, si los jueces y fiscales esperan a tener un cadáver para actuar?
Sandra Cornejo