Desde su cátedra de Literatura Europea en el Profesorado Gabriela Mistral, la magíster Mónica Vanzetti generó estas jornadas de investigación en Las Rosarinas. Las mismas, reunieron a docentes y alumnos de la casa como también de universidades nacionales tan prestigiosas como la de Córdoba, Río Cuarto, Buenos Aires, el Litoral y la UNVM. “Las huellas de la literatura clásica en el tango”, “El ser nacional en Borges y Scalabrini Ortiz” o “Tolkien y el vacío mitológico en Inglaterra”, fueron algunas de las 45 ponencias. El evento fue declarado de Interés Municipal y ya prepara su tercera edición.
No es ninguna novedad que a fines de los años 70, el Profesorado de Literatura de Las Rosarinas fue uno de los mejores del país. Y es que por esos tiempos, una verdadera constelación de prestigiosos académicos venidos de la Universidad Nacional de Córdoba se pasó al Profesorado Gabriela Mistral, buscando un aire más tranquilo al que se respiraba por esos tiempos en La Docta de la dictadura. Durante muchos años, esa pléyade intelectual formó a eximios docentes de la ciudad. Y para corroborar esta afirmación, baste sólo recordar los nombres de Dolly Pagani, María Esther Monesterolo, Raquel Minelli o Nélida Toribio. Estas escritoras y docentes se comprometieron en cuerpo y alma con aquel legado intelectual y humano. Y así es como, una treintena de años después y adhiriendo a esa tradición, la magíster Mónica Vanzetti redobla la apuesta no sólo en lo que concierne a calidad educativa sino investigativa. Y en una iniciativa sin precedentes en terciarios de la ciudad, organizó estas jornadas que abrieron las puertas del profesorado; y no sólo al público local sino a las universidades del país, esas que enviaron algunos de sus más destacados investigadores.
Del mismo modo que en 1871 y de acuerdo a las crónicas, Villa María fue capital de la Nación durante 24 horas, quizás un día cuenten que un 24 y 25 de junio de 2013, la ciudad fue, durante 48 horas, capital de la literatura argentina.
Breve charla con “Miss Moni”
Recibida de profesora de Literatura y Lengua Inglesa en las Rosarinas, Mónica Vanzetti no se conformó con sus títulos terciarios. Combinando fantásticamente sus dos pasiones (la literatura y la lengua inglesa) obtuvo el título de magister en Culturas y Literaturas Comparadas en la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba.
“Es algo en lo que siempre insisto con mis alumnos -comenta- les digo que un Profesor de Literatura debe ser también un investigador. Y por eso es que cuando trabajamos en clase, les pido siempre un trabajo escrito a modo de paper científico. Ellos saben que ese trabajo se va a presentar después, en estas jornadas o en cualquier otra. Además, como muchos de mis alumnos ya piensan en continuar la licenciatura en la UNVM, la idea es que no sufran el paso de un terciario a la universidad.”
Si Vanzetti insiste tanto en la investigación, es porque desde hace años ella misma estudia por su cuenta. Se especializa en la literatura caribeña y chicana de la actualidad, como así también en la ecocrítica, una nueva rama que une la creación literaria al respeto por la naturaleza. En cuanto a la literatura caribeña se refiere, “Miss Moni” (como le dicen sus alumnos) viajó a República Dominicana para entrevistarse con su admirada Dedé Mirabal, escritora y activista contra la dictadura de Trujillo. Sin embargo y más allá de sus proyectos personales, Mónica no deja de pensar ni un segundo en su segunda casa, las Rosarinas.
-¿Cómo nacen estas jornadas?
-La idea fue dar a conocer a la comunidad la manera de trabajar de mi cátedra, que se basa en la literatura comparada y en la reescritura. Y a la vez, invitar a docentes y alumnos de otras universidades a que expusieran sus investigaciones. He visto muchos seminarios en universidades de Córdoba y Buenos Aires, pero quería generar algo parecido desde mi ciudad; ese momento de reflexión y análisis desde otra mirada. Tenía la convicción que las charlas iban a interesar y estaba en lo correcto, porque además de la importante convocatoria local, vino gente de todo el país.
-Contame acerca de esas dos especialidades tuyas.
-La literatura comparada es una modalidad en la cual no se trabaja el texto literario por sí solo, sino que se lo analizan inserto en un contexto social, político o económico. En cuanto a la reescritura, es un modo de análisis donde se toma un texto clásico y se estudian los diversos modos en que ha sido rescrito con el paso del tiempo. Mis alumnos están muy enganchados con las dos, porque ambos permiten conocer a muchos autores a la vez.
-El Profesorado Gabriela Mistral tuvo un gran nivel académico en los años 70 ¿Estas jornadas intentan continuar esa línea?
-Absolutamente. Ese es el espíritu del Departamento de Letras y también el de la directora y vice del Profesorado, Sonia Rivera y Andrea Bruschini. Para ellas, estas jornadas trascienden lo literario y son un proyecto institucional. Pero también lo son para exdocentes de la casa como Dolly Pagani, María Esther Monesterolo, Raquel Minelli o Nélida Toribio. Todas ellas se acercaron a dar una mano y siguen siendo referentes. Ellas siempre hablaron de la calidad educativa de Las Rosarinas, y es lo que no queremos perder.
-¿Cómo definirías el espíritu de tus alumnos del Profesorado?
-Son jóvenes a los que les gustan muchísimo leer y escribir, pero además están siempre ávidos por adquirir conocimientos que trascienden lo meramente literario. Les encanta comparar sus lecturas con las demás artes y se interesan tanto por la pintura y por la música como por los idiomas. Yo creo que la cultura atraviesa completamente al estudiante de Literatura. Y en mi caso, estoy orgullosa de tener estudiantes que escriben, llevan blogs literarios, participan en concursos o quieren publicar sus primeros libros.
-¿Cómo será la tercera jornada de 2014?
-Mi idea es seguir sumando más profes, más alumnos y más gente. Sumar y abrir. Esa es la consigna. Que las jornadas sean cada vez más participativas y que amplíen el campo de análisis de la literatura.
Javier Páez, el señor de los anillos
Javier viene de San Luis (llegó hace diez años a la ciudad para estudiar Letras en Las Rosarinas) pero también viene del rock (fue cantante de la banda “Macroporno”), de la escritura de cuentos (ha publicado en antologías de Villa María y Córdoba), de la historieta (es un especialista en el género) y de la literatura de masas como la fantástica o el terror (es un lector erudito de un conocimiento estremecedor, con perdón de la redundancia). Y este último punto es el que más interesa a los fines de esta nota. Porque aún contra todos los pronósticos del establishment literario (que no acaba de bendecir los géneros masivos) Javier es un fan declarado de Stephen King, H. P. Lovecraft, Philip K. Dick y J. R. R. Tolkien.
Pero Páez, que además de un ávido lector y originalísimo escritor, es también profesor de Literatura (además de cursar la Licenciatura en la UNVM). Y tiene razones mucho más contundentes para interesarse por los citados autores que los prejuicios de los intelectuales para denostarlos. Y si no, escuchémoslo.
“Hace unos 5 años me empecé a interesar no sólo en la obra de Tolkien (1892-1973) sino en su vida toda, en los estudios paralelos de historia y filología que realizó para llevar a cabo una obra tan vasta. A él le interesaba crear toda una literatura más que una simple obra, un cánon que luego fuera continuado por otros autores. Y yo cero creo que si los críticos le prestaran un poquito más de atención a libros como el ‘Silmarillion’, ‘El hobbit’ o ‘El señor de los anillos’, los rescatarían por su riqueza literaria y por todas las influencias que generaron después. Pero muchos estudiosos, cuando piensan en Tolkien, se imaginan a un enano con una armadura. Y eso es un grave error; porque detrás de esos prejuicios se están perdiendo un universo inagotable”.
-¿Y a vos qué fue lo que más te atrapó de la obra de Tolkien?
-Precisamente esa capacidad suya para generar un mundo paralelo, un mundo con idiomas inventados como el “élfico” o el dialecto de los orcos, que tienen hasta una escritura propia. Un mundo con las fabulosas cartografías para que el lector se pueda orientar en semejante mapa de la imaginación. Y esa gran profusión de personajes tan complejos que a veces son muy humanos y otras, absolutamente inhumanos.
-¿Por qué tu trabajo habla del “vacío mitológico” en Inglaterra?
-Porque esa fue una de las razones que justificó la obra de Tolkien. Además de su interés por la filología y las épicas escandinavas, él estaba preocupado por la falta de una épica que fuera solamente inglesa, ya que otros países británicos como Irlanda, Escocia o Gales, sí la tenían como producto del pasado celta.
-¿Y a qué se debía ese vacío?
-A que cuando los normandos invadieron Inglaterra en el Siglo XI, saquearon no sólo el oro sino también el registro escrito. Y así, el país se quedó sin sus sagas. Cuando Tolkien conoce el “Kalebala”, que es el poema épico finlandés, se queda alucinado y apenado a la vez de que su Inglaterra no tuviera una obra semejante. Y por eso va a intentar suplir ese vacío con su obra.
-¿Y hay relación entre los personajes de Tolkien y su país?
-Absolutamente. Tolkien decía que sus “hobbits”, por ejemplo, eran una representación de la gente rural de la Inglaterra del Siglo XIX, gente simple que disfrutaba de pequeños placeres como fumar en pipa, una buena comida o dormir la siesta. El último libro de “El señor de los anillos” se llama “El regreso del rey”, con todo lo que eso significa para Inglaterra, un país que todavía hoy conserva la monarquía como un orgullo.
-¿Por qué creés que las películas de “El señor de los anillos” generaron tanta fascinación en el público?
-Porque aunque la obra de Tolkien ya era conocida, el cine la abrió a una cantidad de gente que por la lectura sola no hubiera llegado. Creo que la riqueza de las imágenes que hay en el libro, llevadas al cine de modo tan magnífico, han ganado muchísimo, traspasando los límites de la imaginación.
-La última, Javier, ¿por qué Tolkien no se estudia en las universidades?
-Porque la literatura de Tolkien, como muchas otras literaturas fantásticas, de terror o ciencia ficción, han sido bastardeadas por quienes las han retomado después o no han sido consideradas por la elite literaria. La crítica suele dejar de lado a los autores del Siglo XX que se volvieron masivos, como si por eso fueran vulgares. Pero te puedo decir como profesor de secundario que eso es una lástima, porque los chicos siempre se enganchan con la ciencia ficción y eso está buenísimo. Por suerte a la hora de leer, los chicos no tienen los prejuicios de los intelectuales.
Iván Wielikosielek
Imágenes:
F1; Javier Páez expuso un muy interesante trabajo sobre el escritor inglés J.R.R. Tolkien.
F2: Mó́nica Vanzetti junto a la escritora y activista dominicana, Dedé.
F3: Mesas del lunes 24 en el salón de actos de Las Rosarinas.