Olga Riutort nació en setiembre de 1948 en San Juan, donde vivió su infancia y su adolescencia.
Se marchó para realizar la carrera de Bioquímica en la sede de la Universidad Nacional de Cuyo, en San Luis, donde se recibió en 1972.
Militó en la Juventud Universitaria Católica y luego se afilió al Partido Justicialista, en el que ocupó varios cargos directivos.
En el 83, con el regreso de la democracia, fue elegida diputada nacional. En el 87 fue reelecta.
En el 89 se trasladó definitivamente a Córdoba, donde se casó con José Manuel de la Sota.
Fue secretaria general de la Gobernación entre 1999 y 2003, durante el primer mandato de su marido. Se divorció del mandatario en 2004.
Actualmente es concejala de la capital provincial y competirá en las PASO encabezando la lista de su propio partido, La Fuerza de la Gente.
-Cuál es su idea fundamental de cara a las Primarias? ¿Qué motivos impulsan su candidatura?
-Nosotros tuvimos la vocación de recuperar lo que fue el peronismo de Córdoba; un partido de puertas abiertas en cuyo interior se podía debatir, discutir y elegir candidatos votando, como fue mientras tuve el honor de presidirlo, no como ocurre actualmente, que los postulantes son marcados por el dedo de alguien. Por eso armamos un equipo y cuando vimos que nos hacían trampa en la interna, fuimos por afuera y le ganamos al peronismo. Entonces, los ciudadanos deben saber que nos inspiran, como siempre, los principios peronistas.
-Una lista más del justicialismo…
-Sí, pero de los justicialistas que no participaron del arreglo que le garantizó la Intendencia a Mestre para que no la ganara el juecismo. Si lo hicieron con la ciudad, por qué no lo harían con la Provincia. Por eso les dije “No” cuando vinieron a ofrecerme el segundo lugar en la lista de Unión por Córdoba.
-¿Quién le hizo el ofrecimiento?
-Primero, Carlos Caserio. Luego fue Juan Schiaretti, con quien me reuní en su casa, a donde fui acompañada por mi hija. Pero, no. Hace ocho años que empezamos a construir nuestro espacio y los cordobeses ya nos han dado el honor de contar con un bloque de seis concejales en la ciudad más importante, además de otras satisfacciones. Una billetera no nos va a matar la ilusión.
-¿Cuál es la diferencia entre su lista y la de Unión por Córdoba?
-Soy la única representante de Córdoba capital en la lista. Todos los demás integrantes provienen del interior provincial como Daniel Delbono, el intendente de Pasco que representa al Departamento San Martín; Marisa Arias, la exdelegada de la sede de Gobierno en Río Cuarto; Pablo Murúa, secretario de Gobierno de Río Ceballos, o sea que también está el Departamento Colón, como están Punilla, San Javier, Unión, dirigentes del vecinalismo, de la Juventud y del kirchnerismo que nos acompañan a nosotros.
-¿Cómo fue concretamente que surgió el nombre de Delbono?
-Bueno, Daniel es un intendente en ejercicio. Su nombre surgió nítido durante una asamblea que realizamos con dirigentes del interior.
-Ningún personaje mediático…
-Noooooo… Ya aprendimos de esa experiencia que inauguró Menem. El único que se quedó en la política fue Scioli, los demás brillan por su ausencia. Nosotros creemos en los partidos, en recuperar los partidos, en volver a abrir las puertas que cerraron algunos dirigentes. Es de los partidos de donde salen los mejores gobernantes.
-¿Cuál es su afinidad con el kirchnerismo?
-Mire, antes que nada soy peronista y sostengo que los peronistas nos tenemos que hacer cargo de todo: de Perón, de Evita, de Isabel, de López Rega, de los Montoneros, de Menem, de los Kirchner. La mayoría no se hace cargo de todo lo que se generó desde el peronismo. Yo sí. Y tengo cosas para aplaudir de este gobierno y del de Néstor Kirchner, como el manejo de la deuda externa y el “No” al FMI, la Asignación Universal por Hijo, las leyes de igualdad, el fomento de la industrialización. Pero, como me hago cargo de todo, también observo que no se encuentran propuestas para atacar un problema como el de la inflación. Perón decía que cuando hay inflación hasta lo bueno se ve malo y que cuando no hay inflación hasta lo peor puede parecer bueno… Me hago cargo de todo, pero no caigo en el juego de que las soluciones pasan por ser k o anti k.
Sergio Vaudagnotto