Por estos días me he preguntado: ¿por qué tanto interés sobre el crimen de Angeles Rawson?, ¿qué lo hace tan atrapante?, ¿por qué nos desvela?, ¿qué tiene este crimen que no tenga otro?
La única respuesta que encuentro en mi interior es que nos toca de cerca, en lo cotidiano.
Como mamá y ciudadana, no puedo dejar de pensar en lo parecidas que son nuestras vidas a la de Angeles.
Vemos a diario, chicas yendo y regresando de horas extra escolares, de Educación Física, de actividades diarias.
Chicas, que como Angeles, caminan desde y hacia su casa.
Chicas que comparten saludos y chistes con el encargado del edificio donde viven.
Nada más común que ir a la escuela, nada más común que confraternizar con el encargado del edificio donde uno vive.
Nada que nos haga pensar que estamos en peligro.
De pronto, estalla un acto feroz, que nos conmueve y nos obliga a pensar que podemos estar en peligro, sin siquiera notarlo.
Y viene a mi mente el bueno de Mario, encargado del edificio de la calle Alvear, y sus chistes a la mañana temprano.
Y vienen a mi mente mi hija, mis sobrinas, mis alumnas, mis vecinas y todas las adolescentes que van y vienen a plena luz del día.
Y viene a mi mente esa criatura, tirada a la basura, junto con su vida y su futuro.
No hablamos de descuido, de una noche de alcohol, de una salida peligrosa, es simplemente, una chica que fue a la escuela, un lunes en plena mañana, a la luz del día, en medio de mucha gente. Parece todo tan común.
Necesitamos saber qué pasó, para no sentirnos tan vulnerables, necesitamos saber qué estamos haciendo mal, si es que algo estamos obviando.
Pensar en cualquiera de los posibles responsables, me alarma de igual manera:
-Si fue el portero, ¿deberemos mirar con recelo a todos los encargados y/o hacerles exámenes psicológicos antes de darles el empleo?
-Si fue la pareja de la madre, ¿deberemos analizar psiquiátricamente a nuestras parejas, a fin de descartar futuros crímenes?
-Si fue alguien de la calle, ¿qué medidas deberemos tomar para cuando nuestros adolescentes vayan y vuelvan de la escuela a plena luz del día?
Me asusta, me conmueve, me abruma, y quiero saber que se llega a una verdad absoluta, para volver a nuestra vida cotidiana.
Quiero saber qué debemos hacer para proteger a nuestros chicos.
Quiero volver a creer que se puede vivir con más tranquilidad y menos paranoia, pero por ahora sólo siento angustia.
Cristina Martin
DNI 14.665.858