La Asociación Nazareth, dedicada a la problemática de la drogadependencia, inauguró ayer una nueva casa en la región.
El local habilitado en horas de la mañana en Villa Nueva se convirtió así en la casa número 12 de esta entidad católica, con influencia en Santa Fe y Córdoba.
La denominada Casa Esperanza abrió en una vieja casona ubicada en San Martín, casi esquina Tucumán de la vecina ciudad.
El objetivo para esta nueva sede es pasar a convertirse en el término de un año en hospital de día. La sede villamariense, ubicada en la primera cuadra de calle Estados Unidos, quedaría entonces para consultas y entrevistas.
En diálogo con EL DIARIO, la directora general de la Asociación, María Eva Ferrigno, señaló que en Villa María actualmente atienden a unas 70 personas.
Destacó que la entidad trabaja en la inserción educativa, laboral y familiar del drogadependiente. “Sabemos que atendemos a una ínfima parte de la población afectada, pero nuestro objetivo no es estadístico”, aclaró.
Con motivo de la inauguración, concurrieron a Villa Nueva miembros de todos los equipos técnicos de las casas que posee Nazareth, para evaluar, como lo hacen mensualmente, la marcha de la institución.
La misión de la entidad es “mejorar la calidad de vida” y su objetivo general es la prevención, rehabilitación y reinserción social de personas con problemas de adicción a las drogas y/o alcohol, y enfermos sociales de HIV.
Nació por iniciativa de un matrimonio de profesionales médicos de Cañada de Gómez en el año 1989.
El modelo de abordaje terapéutico elegido por Nazareth es el de Comunidad Terapéutica (CT), sistema terapéutico que tiene más de treinta y cinco años en el mundo y que fue creado específicamente para el tratamiento de las adicciones.
"Se trata de un proceso dinámico, ágil y transformador -se explicó- que se amolda a los cambios vertiginosos que se plantean en esta patología y no a una serie de técnicas comunitarias que deben ser aplicadas.
La CT está definida como una verdadera comunidad viviente o familia, donde cada miembro es protagonista de su propio aprendizaje social.
En este sentido, busca fomentar contacto con el otro, como una de las bases en que se asienta su terapia. En esta nueva alternativa está la posibilidad de encuentro con la vida, el amor, las normas y un modelo de identidad que proporciona una capacidad de integración activa con la realidad.
El objetivo principal de este modelo es el crecimiento personal y social, cambiando el estilo de vida de la persona a través de una comunidad de gente preocupada en trabajar juntos para ayudarse a sí mismo y a los demás.
Los miembros del equipo, operan como modelo de rol positivo. Esto mismo ocurre con los residentes que son estimulados para acceder a diversos grados de responsabilidad para con su vida y la comunidad".