En la jornada de ayer se llevó a cabo una nueva edición de la fiesta denominada “El locro más grande del mundo” en el Salón Bomarraca.
En el marco de los festejos por el Día de la Independencia, se concretó la jornada especial con la preparación del plato tradicional a cargo de la Escuela Capacitar.
Mejor locro que el año pasado
A diferencia del año pasado, las 10 mil porciones elaboradas en una paila de cinco metros de diámetro se vendieron en sólo tres horas y media (desde las 11.30 hasta pasadas las 15), al módico precio de $15. Tal fue la magnitud de las solicitudes, que se estableció un pequeño récord: en casi dos horas se entregaron seis mil porciones. Otra distinción cualitativa se evidenció en la consistencia del locro. Uno de los chefs responsables, Guillermo Ciccarello, explicó a EL DIARIO que “este año aumentamos un 50% la cantidad de carne y de otros ingredientes, como zapallo, lo que permitió que sea más espeso y se equilibre el nivel de líquido”.
Junto con Pablo Rodas, Lucas Ríos y Eduardo Romay coordinaron un equipo de alrededor de cien personas dependientes de la escuela, que se dedicaron a la preparación (desde el miércoles pasado), la cocción y elaboración del locro (el grupo se redujo a 50 que trabajaron desde el lunes a las 19, pasando la madrugada en la carpa adyacente al salón, hasta la última porción entregada).
Debido a la cantidad inusitada de pedidos, la organización se vio desbordada y hubo algunos inconvenientes iniciales en la entrega. Al correr de los minutos, el despacho de porciones (en bandejitas y en ollas grandes que los asistentes llevaron desde sus casas) se fue normalizando.
En cuanto al plano musical, la velada comenzó con la actuación de la orquesta típica Simplemente Tango, continuó con los solistas José Morales y Matías Palavecin y le siguieron el destacado grupo Las Voces del Río y el cantante santiagueño pero radicado en Villa María, Eduardo Font.
Luego de que el joven artista despertara el espíritu peñero a distintas parejas formadas “ad hoc” a pura chacarera, llegó el turno de la joven promesa local, el grupo Cuerda y Cuero, con una selección de diferentes ritmos folclóricos.
Pasadas las 16, y como aperitivo a la presentación de Raly Barrionuevo, el elenco de la Agrupación Folclórica Villa María esgrimió una demostración debajo del escenario, con vestimenta acorde.
Finalmente, y presentado por el animador Alberto Luna, el cantautor oriundo de Frías, apareció solo en el escenario para interpretar el clásico del Chango Rodríguez, “Luna cautiva”. Luego, sus músicos -entre ellos, el baterista César Elmo, quien fuera docente de la UNVM- ocuparon sus respectivos lugares. Mientras desandaba su repertorio e intensificaba poco a poco su caudal musical, Raly se despojaba de ropaje hasta quedar cómodamente a gusto para regalar un par de chacareras, la versión rockera de “Hasta siempre comandante” (dedicado al Che Guevara) y la infalible “Zamba y acuarela”.
Raly, distinguido
Entre el cierre con los esperados bises, Raly Barrionuevo fue distinguido por el titular del Ente Deportes y Turismo, Marcos Bovo, con una placa recordatoria. El cantante, que había repasado su disco “Rodar”, dejó para el epílogo a su recordado éxito “Oye, Marcos” y “Somos nosotros”.
Cinco mil
Según el municipio, durante la jornada de ayer asistieron cinco mil personas en el transcurso de las casi seis horas que se extendió la fiesta en el Salón Bomarraca.