"Ya está éste", dice una voz que suena tras la pared donde están instalados los cajeros... ¿automáticos? de la casa central en Villa María del Banco de Córdoba, precedidos por dos golpecitos para llamar la atención de los que estaban del otro lado de la pared.
Ese hecho, anecdótico, ocurrió ayer a las 14, cuando se puso en funcionamiento el segundo cajero, dado que en los últimos días, funcionaba sólo uno de tres.
Pero lo peor ocurrió un poco antes, al mediodía, cuando el único cajero era demandado por centenares de clientes del Banco que iban retirando el dinero permitido. Con más de 30 personas esperando pacientemente su turno, una mujer transmitió la noticia: "No hay más plata".
Tratando de averiguar algo, uno de los clientes que estaba en la cola, decidió consultar en el Banco. En Mesa de Entrada, dijeron que "ellos", lo estaban cargando. "¿Puedo hablar con `ellos´´ para preguntar cuánto demoran?", preguntó la clienta. "No, por supuesto que no, todo es por el paro de camioneres", respondió.
Similar respuesta encontró entre otros empleados del interior de la sucursal, hasta que en Atención al Cliente le contestaron: "Hablá con el personal de seguridad".
A esta hora, ya no sabía si estaban "cargando" el cajero con dinero o "cargando" a los clientes.
Con honestidad, la empleada de seguridad dijo que si bien no tenía una respuesta oficial, podía decir por experiencia que la demora en la carga de un cajero era de, aproximadamente, media hora.
Nadie del Banco quiso comunicar esa noticia a los clientes que ya estaban impacientes esperando noticias, por lo que, ante el rumor o la información "extraoficial", decidieron renunciar a la espera .
A la tarde, habían normalizado el segundo equipo, por lo que seguramente comenzó a normalizarse el ritmo de la extracción de fondos. Aunque los inconvenientes generados a los clientes en un día de vencimiento de pagos, como fue ayer, seguramente originó pago de intereses, pérdida de tiempo y alguna que otra bronca por no tener a disposición el dinero que cada trabajador, comerciante o jubilado, ya se había ganado.