El intendente Omar Martina se refirió al desarrollo promovido en obras públicas por la administración que conduce, con mejoras favorables a diversos sectores del ejido urbano. En primer término hizo hincapié en la prosecución del cordón cuneta en la superficie este, respondiendo a un pedido vecinal que compete a unos trescientos metros de longitud, con sus respectivas bocacalles. Informó el titular del Ejecutivo “que proyectamos también en la salida a Corral del Bajo (con planos ya aprobados) la construcción de una rotonda, necesaria por la gran cantidad de vehículos que circulan, tratándose de una esquina en la que convergen seis calles y por momentos se hace muy difícil el normal desplazamiento de los mismos”.
Explicó “que con esta obra se intenta desviar el tránsito de camiones provenientes del campo, para que no ingresen por calle Mitre y se dirijan al centro del radio urbano, desviándolos hacia otra calle próxima con el objeto de evitar esa concentración”. También “desviaríamos el paso que conduce hacia la diagonal que pasa frente a la Escuela Francisco Malbrán”. “Para una mejor organización fijaríamos carteles con inscripciones atinentes al rumbo de esos rodados de gran porte, principalmente para resguardar la salida de los chicos del colegio”, agregó.
Sostuvo “que los camiones tendrán indicaciones sobre los espacios a transitar, especialmente una calle enanchada que estamos preparando, con salida hacia la parte posterior de la fábrica SanCor o bien por la terminal de colectivos, ambas con acceso directo a la ruta nacional 158”.
Clasificación de basura
El jefe comunal de Pozo del Molle destacó además la implementación del sistema de clasificación de basura, que progresivamente los habitantes van asumiendo, especialmente en lo relativo al material seco que se prepara para la venta. Expresó Martina “que se trabaja mucho con cartón y plástico duro (con muchos objetos), el nailon, papel y botellas de vidrio, también se acumula mucho hierro y chapa, hasta juntar un monto de importancia, al igual que el material consistente en cubiertas viejas u otros objetos que están sin enterrar”.
Refirió además “que al viejo basural se lo ha rodeado de alambre para evitar el ingreso de personas, accediendo únicamente el personal municipal con material de trabajo para dejarlo en condiciones adecuadas”. Con respecto al material perecedero, “se tiende a reciclar lo más accesible (residuos sucios, pero secos) para evitar el daño que causa el amontonamiento de restos orgánicos”. “Todavía hay gente del pueblo que no colabora con el sistema de clasificación, tira la basura sin separarla y ello complica las tareas de recolección; ese material va a parar al basural viejo porque los operarios municipales nada pueden hacer ante esto”, finalizó.