Estefanía Blangino tiene 27 años y es profesora de inglés. Pertenece al Camino Neocatecumenal de la Parroquia Santa Rita de Cascia de barrio Bello Horizonte de Villa María.
“Siempre fui de ir a misa, era algo rutinario de los domingos, hasta que hace dos años empecé la catequesis que es para adultos. En ese momento los jóvenes se iban al encuentro anterior que se hizo en Madrid y yo sentía la necesidad de ir”, comenzó narrando en su charla con EL DIARIO.
-¿Por qué?
“Acá sentís que somos cuatro gatos locos los que piensan como uno. Voy a Brasil para no sentirme tan sola en mis pensamientos, aunque somos bastantes los jóvenes de la parroquia, pero cuando salís del círculo ves que nadie comparte nada de lo que uno piensa”.
Estefanía no duda de sus convicciones. “Quiero ir para colaborar en el mostrar al mundo que se puede vivir de otra manera, que somos un montón los que sentimos así”.
Se anotó en octubre pasado, cuando nada se sabía de Francisco y la Iglesia Católica era conducida por Benedicto XVI. Confió que “no conocía a Jorge Bergoglio, no tenía idea y hoy pienso realmente que es el Papa que teníamos que tener. Produjo una revolución”.
“Es un ejemplo de cristiano: sencillo, alegre, nada de ostentación. Modifica la idea que un montón de gente tiene de la Iglesia y es lo que hacía falta”, aseveró. “Muchos me dicen que el Vaticano es oro o cuestionan a los curas: Francisco vino a renovar y a cambiar”, subrayó.
“Voy a Brasil para que Dios me sorprenda. Cuando empecé a ir a la parroquia me sentía vacía. Hoy estoy fascinada”, declaró la joven docente, que viajará el domingo 21 con alrededor de 30 jóvenes, en colectivo.
Jésica Cerrezuela (24) es periodista y pertenece al grupo de la Parroquia La Santísima Trinidad que irá a las jornadas mundiales. “Somos cuatro y van tres chicos más de la Diócesis. Me voy el viernes en colectivo, con un grupo de Radio María de Córdoba”, contó.
“Viajo a sorprenderme. Va a ser demasiado. Recuerdo lo que fue un encuentro en Saladillo, con 500 jóvenes un domingo a la mañana y yo pensaba: ‘Estos chicos están acá un domingo a la mañana en vez de descansar, qué lindo’. Y ahora me imagino lo que será esto”, dijo entusiasmada.
Se inscribió en febrero y después supo que el Papa era argentino.
Jésica pone su alma en la juventud: “Participo en el grupo juvenil y se complica estar al frente de adolescentes, es una época de cambios en la vida de cualquiera. Entonces, quiero ver cómo podemos ayudar, salir al encuentro del otro. Nos cuesta salir a ese encuentro y en cambio vamos al choque, cuando no se piensa cómo atacamos, hay mucha división”.
“A la Iglesia le falta precisamente eso, salir al encuentro con el otro. No debe quedarse entre cuatro paredes, tiene que charlar con la gente. Cuando misionamos nos cuentan cosas, la gente se desahoga ante los jóvenes. Hay mucha necesidad de ser escuchados”, afirmó.
Para ella, precisamente esa es una demanda de la juventud actual. “Necesitan que alguien los acompañe, los escuche, los entienda. Están con muchos sueños, con ganas de hacer cosas y decir lo que piensan”, concluyó.
Fotografías; 1) Estefanía: “Voy a Brasil para no sentirme tan sola en mis pensamientos”
2) Jésica: “A la Iglesia le falta salir al encuentro con el otro”