Un hombre en el exilio. Un símbolo de la época desterrado y escribiendo su ideario político a base de martillazos de sólo dos dedos sobre una máquina de escribir. Un expresidente, un exgeneral y el líder del mayor movimiento político del Siglo XX de nuestro país hundido en sus cavilaciones. Esa marca de cotidianeidad, esa suerte de “backstage” del mítico personaje, atrajo la atención creativa del actor y director Víctor Laplace antes de embarcarse en el fatigoso proyecto del filme “Puerta de hierro, el exilio de Perón”. Así lo comentó abiertamente el propio artista ante un auditorio repleto, a metros de la primera función de su película en el Espacio INCAA, ubicado en el Centro Cultural Comunitario. Ayer por la tarde se brindaron dos presentaciones de “Puerta de hierro...”, a sala llena, con la presencia del autor, quien recibiera de autoridades y referentes políticos locales un reconocimiento en nombre del Partido Justicialista. Tras el acto de apertura, Laplace se dirigió al Parlamento Infantil donde allí se grabó un programa especial, conducido por Juan Montes para la UNVM.
“La resistencia”
En tal ocasión, con muestras de calidez y humildad, el actor habló de sus primeros acercamientos a la militancia (en su juventud trabajando en una fábrica y asistiendo a villas miseria), de su defensa del kirchnerismo (con reconocimientos a Néstor Kirchner y a CFK, a quien valora por su condición de mujer en “un país machista, donde denostan hasta las propias mujeres”), de su “primer Perón” en la recordada “Eva Perón” y, por supuesto, de la cocción del nuevo filme, que le llevó varios años poder terminarla.
“Me atrajo la idea de la resistencia de Perón en su situación, por tanto tiempo y en el peor momento del país. También me llamó mucho la atención que nunca tuvo autocompasión. Yo cuando fui prohibido y debí exiliarme en México lo pasé muy mal, vivía borracho todo el tiempo. Pero él, resistió. Y era un hombre que también desde allí tomaba decisiones. Y eso lo vuelve más grande de lo que yo creía. Es la mejor película que pude hacer sobre alguien que admiro”, indicó.
Del mismo modo reflexionó sobre su vida personal, que el haber sido exiliado y sin trabajo le permitió despojarse de cualquier posibilidad de ego. Al último, y a modo de chiste, imitó al periodista Nelson Castro, para ganarse luego el aplauso final.