El jueves pasado falleció Esther Amblard, una de las profesoras fundadoras del Conservatorio de Música Felipe Boero. Madre del saxofonista Sergio Alonso, consagró su vida a la enseñanza musical desde muy joven cuando apenas egresada de la Universidad de Córdoba (donde estudiara con Herbert Diehl, entre otros) fue convocada en 1966, a integrar el plantel fundacional del instituto de formación musical, siendo ella la primera directora de la institución.
Poseedora de una encantadora humildad, prefirió roles menos expuestos y a los pocos meses de creado el establecimiento se apartó de la dirección para consagrarse íntegramente a la docencia. Fue inolvidable profesora de Teoría y solfeo y de Armonía.
Desde los primeros tiempos del Conservatorio fomentó la actividad coral desarrollando una intensa actividad lo cual valió que en 1977 se le otorgara el cargo de directora de coro con el cual nació el Coro Estable bajo su dirección. Como pianista se destacó en diferentes presentaciones integrando diversas agrupaciones de cámara, así como su labor docente guiando a numerosos alumnos en su formación como instrumentistas. En la celebración de los 30 años del Conservatorio, pudo organizar un concierto donde dirigió, entre otras obras, “Aleluya” de Haendel y una parte de “Aída” de Verdi. Volvió a ocupar la dirección entre 1994 y 1996, el año de su jubilación.
Todos quienes fuimos sus alumnos recordamos su entrega de cada clase prolijamente preparada así como la solvencia y claridad de sus explicaciones y quienes además tuvimos la suerte de trabajar durante su gestión aprendimos de su ejemplo aquello de la entrega generosa, desinteresada y sin horarios. Pacífica y pacificadora transitó en solitario silencio los sinsabores del cargo directivo y animó a cada docente a dar lo mejor de sí guiando a quien se dejase guiar. Esther Amblard fue una autoridad indiscutida y un modelo cuyo testimonio de vida y entrega estamos invitados a imitar.
Germán Ruiz
Actual director del Conservatorio