El “maquillaje” no sólo es patrimonio del sexo femenino. Los políticos elevan esa técnica esteticista a la categoría de “arte”.
En Villa María pareciera que estamos a la vanguardia en esas destrezas.
Con gran despliegue, se anuncia una convocatoria, para la concreción de un programa de indiscutible interés social: “Tu terreno, tu casa”.
El derecho a la vivienda propia es un compromiso que debe asumir todo aquel que participa en una gestión de gobierno.
Y todos, sin distinción de banderías, tenemos la obligación moral de respaldar tal iniciativa.
El mandato accastellista (incluido el período presidido por la señora Nora Bedano) está próximo a cumplir 14 años.
En tal extenso período y en relación con el derecho a la vivienda propia: ¿cuál fue el verdadero, el real cumplimiento del Gobierno municipal con el “… Compromiso permanente de esta gestión… con los vecinos que lo necesitan…”? (texto del aviso público pagado con dineros del pueblo).
Veamos: en el mismo aviso, se dice: “… Ya ejecutamos exitosamente (¿?) los programas habitacionales PASU I, Plan “Eva Perón” y Plan Federal 400 Viviendas…”. Luego enumera otros planes todavía en etapa de “ejecución”.
Esta afirmación (parte del “maquillaje” informativo) podrá impresionar a quienes no conocen la realidad.
Las relativamente escasas viviendas del Plan “Eva Perón” son financiadas con un mezquino porcentaje que ceden los empresarios del juego (slots). Respecto al “PASU I” no se trata de viviendas, sino de terrenos religiosamente pagados por sus adquirentes.
En cuanto al Plan Federal “400 Viviendas”, eso merece un párrafo aparte.
Las “400 Viviendas” fueron financiadas íntegramente por la Nación y la Provincia.
El único aporte a cargo de la Municipalidad (por supuesto, muy importante) era el de la tierra.
Se promovieron juicios de expropiación. Allí se cometieron torpes e increíbles chambonadas, cuyas consecuencias se ocultan.
1º) El Fisco municipal se encuentra comprometido por juicios que, si bien todavía están pendientes de diversos recursos judiciales, algún día (todo llega) alguna administración deberá afrontar y pagar.
2º) La imposibilidad de acceder a las escrituras públicas de dominio.
Quizás la imperiosidad del techo propio ha llevado a los beneficiarios a diferir su preocupación por la ausencia de títulos.
Pero no es menos cierto que el valor de cada vivienda se disminuye por no contar con ellos (lo advertimos hace cinco años y se cumple, a pesar del “coro” de cortesanos que habitualmente sale a desmentirme).
O sea, la única obligación asumida por el municipio (proveer las tierras) fue cumplida de manera parcial y desacertada.
Esta es, objetivamente, la contribución del Gobierno municipal al derecho a la vivienda propia, en estos últimos 14 años.
Ojalá que los demás programas en marcha no corran la misma suerte.
El “maquillaje” propagandístico, más propio de un anuncio de campaña electoral que de un programa de gobierno, no alcanza para disimular ciertos estigmas.
José B. Naselli
Vecino de la ciudad