El asma bronquial es una de las enfermedades obstructivas del aparato respiratorio. Comparte este espacio con otras como la bronquitis crónica, el enfisema, etcétera.
Afecta tanto a niños como a adultos, comienza a cualquier edad y pueden padecerla las mujeres y los varones indistintamente.
Es una enfermedad cuyo sustrato es eminentemente inflamatorio, pero puede ser desencadenada por diversos disparadores, tales como aspiración de insecticidas (cipermetrina) humos de distinta índole, polvillos industriales o agrícolas (zarandeo de granos), algunos medicamentos como la aspirina u otros antiinflamatorios no esteroideos (AINES), cambios bruscos de temperatura o aspiración de aire frío como suele ocurrir con el asma en el deporte, donde aumenta la frecuencia respiratoria y como consecuencia desciende la temperatura del aire inspirado, algunos colorantes alimentarios, como la tartrazina y los sulfitos han sido indicados como factores desencadenantes, la lista es interminable al punto que hay pacientes asmáticos que empeoran su respiración con la risa o el llanto
En el mundo hay más de 150 millones de afectados y la prevalencia está en constante expansión dado el incremento de contaminación del aire.
Los síntomas pueden ir desde una simple tos, generalmente improductiva, pasando por distintos grados de falta de aire y disconfort respiratorio y hasta cuadros de verdadera insuficiencia respiratoria, requiriendo de internación en terapia intensiva y uso de respirador artificial (asistencia respiratoria mecánica).
Afortunadamente esto ocurre sólo en una minoría de casos, dado que si la consulta es precoz, existe de parte del especialista medicación que impediría llegar a estadios peligrosos de la enfermedad.
En la gran mayoría de los pacientes asmáticos es posible instaurar tratamientos con resultados satisfactorios.
Cuando el paciente experimenta síntomas tales como fatiga para realizar tareas o se agita o percibe silbidos en el pecho, debe consultar inmediatamente con su médico neumonólogo.
Hoy en día existe a disposición de los especialistas una gran variedad de medicamentos efectivos para este mal, el uso de ellos deberá ser completamente indicado y controlado por el médico tratante, ya que pueden ser peligrosos si se los usa por sí mismos (automedicación).
Es curioso destacar que aún no existe una cura total para este mal, pero sí métodos muy interesantes y efectivos para el control de la misma.
En conclusión, se puede decir que el asma bronquial es una enfermedad que se trata exitosamente, los resultados suelen ser muy buenos y por todo ello el paciente no debe diferirlo y consultarlo inmediatamente cuando alguno de los síntomas aparezca.
Dr. Horacio O. Barberis
MP 13855/4- MN 65210- ME 4527
Policonsultorios AMEL