A requerimiento del fiscal Francisco Márquez, luego de un acuerdo previo con la defensora oficial Silvina Muñoz, la camarista Silvia Saslavsky de Camandone le impuso ayer una pena de dos años de prisión de cumplimiento efectivo, con declaración de reincidencia, a un mecánico villamariense que apuñaló a un vecino de barrio Nicolás Avellaneda, en un hecho registrado hace apenas seis meses.
Walter Mauricio Barale fue declarado autor penalmente responsable del delito de “lesiones graves”, que tuvo como víctima a Venancio Orbe, de 62 años, por un hecho de sangre ocurrido en horas de la madrugada del 20 de enero pasado, en su casa de calle San Juan 2551.
Confesó todo
Barale, alias “Toto”, de 31 años de edad (1 de julio de 1982), confesó haber perpetrado el sangriento ataque, circunstancia que posibilitó que el juicio oral y público fuera de trámite abreviado, con lo cual se omitió la recepción de pruebas testimoniales en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen local.
El convicto reincidente recibió así su tercera sanción penal en menos de 10 años, ya que en octubre de 2003 había sido condenado por asaltar a un remisero local y en agosto de 2007, por el robo e intento de extorsión a un comerciante rosarino radicado en esta ciudad.
Grave puñalada
El hecho por el que fue juzgado en la víspera se produjo alrededor de la 1 de la madrugada del domingo 20 de enero, cuando Orbe fue apuñalado por uno de los dos sujetos que lo atacaron en momentos en que se encontraba junto a su esposa en la vivienda familiar.
El sexagenario fue trasladado de urgencia al Hospital Pasteur con una profunda herida en la región abdominal, por lo que debió ser intervenido quirúrgicamente y luego quedó internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) en delicado estado.
Según informó oportunamente la Policía, Orbe fue abordado por dos individuos que los amenazaron de muerte. Ante ello se inició un forcejo que terminó cuando uno de los atacantes le provocó una herida en el abdomen con un objeto punzo cortante.
Tras la agresión, los malvivientes emprendieron la huida, aunque poco después, y en base a los datos aportados por la víctima y su esposa, la Policía detuvo al sospechoso en su casa de Catamarca 2050.
En un primer momento, Barale estuvo imputado como el presunto autor de “homicidio en grado de tentativa”, pero la causa llegó a juicio bajo la calificación legal de “lesiones graves”, delito por el que finalmente fue condenado.
Antecedentes
El 17 de octubre de 2003, la Justicia había condenado a “Toto” Barale por un asalto perpetrado en horas de la madrugada del domingo 10 de noviembre de 2002, cuando protagonizó -junto a un menor- un raid delictivo que terminó con el asalto al remisero Sergio Daniel Martínez.
Con apenas 20 años de edad, Barale fue declarado coautor de “robo calificado” por uso de arma, “privación ilegítima de la libertad”, “violación de domicilio”y “portación de arma de fuego de uso civil condicionado” y se le impuso una condena de seis años de prisión efectiva.
Al momento de perpetrar el asalto que damnificó a Martínez, ambos individuos estaban bajo los efectos de las drogas, por lo que actuaron con singular irracionalidad y manejaron el coche de alquiler en forma alocada hasta tumbar en las inmediaciones del paraje La Herradura, en la zona rural de Villa Nueva.
Tras el espectacular vuelco, los jóvenes delincuentes se dieron a la fuga, pero fueron detenidos pocos días después, circunstancia que permitió llevar a Barale a juicio 11 meses más tarde.
El segundo proceso oral y público al que fue sometido este convicto reincidente se llevó a cabo durante los primeros días de agosto de 2007, nuevamente en la Cámara del Crimen local.
Luego de un reñido debate, la jueza Saslavsky de Camandone le impuso a Barale una condena de cinco años de prisión de cumplimiento efectivo (unificada en nueve años con una condena anterior) por el asalto e intento de extorsión del comerciante rosarino Gerardo José Carlini, un comprador y vendedor de chatarra afincado en esta ciudad.
Como el joven presidiario -que para entonces ya contaba 25 años- tenía pendiente parte de la sanción aplicada en 2003 por el asalto al remisero, se debieron unificar ambas condenas, por lo que se le impuso una pena única de nueve años de cárcel, con declaración de reincidencia.
Barale cumplió casi toda la condena y recuperó la libertad en abril de 2012.
Por venganza
Las circunstancias que llevaron a Barale a asaltar e intentar extorsionar a Carlini tuvieron como punto de partida una relación sentimental que habían mantenido el comerciante rosarino y la expareja del mecánico, Yamila Romero, cuando el convicto se encontraba privado de la libertad a raíz del robo al remisero Martínez.
Por entonces, Romero estaba esperando un hijo de Barale, que nació cuando éste ya estaba alojado en la cárcel de barrio Belgrano.
Al alcanzar las dos terceras partes de la condena de seis años, a mediados de diciembre de 2006, Barale obtuvo la “libertad condicional” y volvió a las andanzas apenas un mes después, cuando embaucó a Carlini y lo asaltó.
Al caer la tarde del 21 de enero de ese año, Barale se encontró con Carlini luego de hacerse pasar como vendedor de hierro y chatarra, los elementos que habitualmente comercializa el sexagenario.
Con la excusa de tener que ir hasta un campo de la zona, el mecánico llevó a su víctima (a bordo de su propio vehículo) por la ruta nacional 158 y luego lo hizo desviar por un camino de tierra que va hacia Arroyo Cabral.
En esas circunstancias, le colocó un cuchillo en la garganta y lo despojó de 3.900 pesos en efectivo (dinero con el que Carlini iba a comprarle la supuesta mercadería) y se dio a la fuga a bordo del automóvil Chevrolet Corsa del comerciante rosarino, a quien dejó abandonado.
Poco tiempo después, Barale comenzó a llamar a Carlini por teléfono y le exigió la entrega de más dinero si quería recuperar el Corsa.
Con expresiones intimidatorias como “te metiste donde no debías”, “te equivocaste” (en aparente alusión a la relación sentimental que el comerciante había mantenido con Romero) y “quiero tres lucas más”, el mecánico logró que su víctima aceptara entregarle una suma de 2.000 pesos el 5 de abril, en la esquina de México y Vélez Sarsfield, aunque la maniobra extorsiva no se concretó porque la Policía logró detener a Barale.
Lo que le queda
Barale deberá completar un año y medio entre rejas para poder solicitar la “libertad asistida”, que permite la excarcelación seis meses antes del cumplimiento total de la condena.
Y si se le concede dicho beneficio, podrá salir de la cárcel el 20 de julio de 2014. De lo contrario, deberá cumplir toda la condena y saldrá recién en enero de 2015.