Peripecias tras un fatal accidente
Me dirijo a este prestigioso diario para comentarles una situación vivida este sábado 20 de julio de 2013 en la ciudad de Villa María.
Esto sucedió tras el luctuoso desenlace del joven Juan Manuel Trepín.
Siendo las 11 horas, me entero del accidente de este joven villamariense en cercanías de Arroyo Cabral. Al tener amistad con los padres del mismo, me dirijo al Hospital Pasteur, porque se encontraba en la morgue de dicho nosocomio, y allí comenzó la odisea que paso a detallar.
Los padres se enteraron por radio de un accidente de un joven de nombre Juan Manuel; comenzaron a llamarlo a su celular y como no contestaba, se dirigieron a la central de la Policía, donde preguntan por el accidente y el personal a cargo de la misma les dice que llamará a Arroyo Cabral para ver de quién se trata. Allí descubrieron que el accidentado y fallecido era su hijo; jamás se enteraron por nadie, hasta que lo dio la radio.
Hasta la 13 estaban convencidos de que el fiscal a cargo era el Dr. (Gustavo) Atienza, según dichos de la Policía. Resulta que dicho fiscal nunca apareció (pero no es culpable de nada), el médico forense de esta ciudad estaba de vacaciones y no había otro médico en remplazo (hay un solo médico forense).
En ese momento se hace presente en el lugar, por amistad hacia los padres del joven, el abogado Rodrigo Hayas, que gentilmente comenzó a desatar el nudo que había en esta historia, porque siendo ya las 13.30, no sabían los papás qué iban a hacer con Juan Manuel, si había que hacer autopsia, si el fiscal iba a dar la orden del velatorio; era una confusión terrible y dramática, porque esos padres hacía ya más de tres horas que estaban en la puerta del Hospital y no sabían nada de nada.
Luego de unas diligencias de Hayas, se encuentra con que el fiscal a cargo era el Dr. Félix Martínez, una novedad; luego, por intermedio de su secretaria, logra sacar el escrito para hacer la autopsia en la ciudad de Córdoba, trámite que demoraría sólo lo sabía Dios. Nunca supieron que en la ciudad de Bell Ville hay un médico forense, el Dr. Mario Martínez, que estaba de vacaciones, pero gentilmente se ofreció a realizar la práctica, ya que tiene una amistad con personas allegadas a la familia, pero la realizaría a cualquier persona por ser un “gran ser humano”.
A todo esto, eran ya las 14.30 y había que cambiar el escrito para, en vez de llevarlo a Córdoba con la demora que eso ocasionaba, lo llevaran a Bell Ville para hacer más rápido el proceso. Era difícil realizar dicho trámite; en ese instante se le realiza un llamado al legislador Darío Ranco para que haga de intermediario con el fiscal, cosa que sucedió y salió el escrito para realizar la autopsia en Bell Ville. Ya eran las 15.30. Al fin Juan Manuel fue llevado a dicha ciudad alrededor de las 16.
Por favor, toda esta odisea desde las 8 del accidente, aproximadamente, hasta las 16.
¿Quién se pone en la piel de esos padres y hermanos por tantas horas de incertidumbre con su hijo en la morgue y todos los que tenían que hacer algo no aparecieron jamás? Por favor, que alguien tome medidas con respecto a hechos de estas características porque nadie está libre de que nos pase a cualquiera de los habitantes de esta ciudad. Y hablo de hacerse cargo a la Policía, la Justicia, los directivos del Hospital Pasteur, la Municipalidad (porque el joven es habitante de esta ciudad) o quien tenga que resolver estos casos.
Y claro, hay que destacar al doctor Rodrigo Hayas, al legislador Darío Ranco y al médico Mario Martínez (forense de Bell Ville).
Gracias a EL DIARIO por dejarnos expresar la bronca y la impotencia que se siente ante semejante hecho.
Y por último, que Dios nos ampare ante tanta negligencia e indiferencia hacia un ser humano.
Gracias.
Juan Bucchioni
DNI 13.726.765