Según las estadísticas de la Casa del Encuentro, en Argentina hay un femicidio cada 35 horas, y en el 63% de los casos el asesino es un hombre relacionado con la mujer (esposo, amante, novio o expareja). Muchas de esas mujeres son madres, así que esto también significa que hay cientos de niños al año que quedan huérfanos.
Tengamos eso presente cada vez que los medios se hagan un festín con un femicidio en particular (como están haciendo ahora con el caso Susana Leiva).
Esto no es cosa de tipos "enfermos", es un problema social. Estos asesinos no son la encarnación del mal, son tipos criados en una cultura machista y patriarcal. No es que el marido repentinamente la mata a su esposa en un acceso de locura, suele haber un historial de maltratos detrás (incluso de denuncias).
Es obvio que hay un problema de falta de respuesta de las instituciones y en especial de la Justicia, a la hora de tomar la denuncia, de ofrecerle sostén económico, contención psicológica y atención médica a la persona abusada, y de obligar a la persona que abusa a hacer terapia para sacarse esa violencia. Pero si esto pasa en lo institucional, es porque no hay suficiente presión de la sociedad civil para que se solucione. Y esto último sucede porque la sociedad civil en general avala, minimiza, naturaliza o tiene una actitud de indiferencia ante la violencia doméstica (que en la gran mayoría de los casos, va en el sentido hombre->mujer).
Esta actitud hacia la violencia doméstica se expresa en el hecho de que la pregunta principal sobre esta problemática no es "¿por qué los hombres agreden a sus parejas?", sino "¿por qué las mujeres se quedan al lado de su agresor?".
Antes de patologizar a las mujeres que no denuncian a su agresor y hasta lo defienden, tengamos en cuenta no sólo que las instituciones no están a la altura de las circunstancias, sino que podés estar en situación de dependencia económica de tu agresor o puede peligrar tu empleo.
Si tu propia madre (también víctima de violencia machista) te dice que aguantes, si desde pequeña te han enseñado que valés menos por ser mujer, si te han machacado que tenés suerte de "haber conseguido marido", si creés que denunciarlo y separarte sería traicionar expectativas puestas en vos de que seas esposa y madre, si ves que otras mujeres hicieron varias denuncias y no les sirvió de nada, si sabés de casos donde la víctima de asesinato hizo varias denuncias previas, si incluso sabés de casos donde la mujer se defendió y la encarcelaron (hermanas Jara), ¿alguien puede culparte? La respuesta es sí, porque hay mucha ignorancia y complicidad, de parte de la sociedad civil y de los funcionarios políticos.
Tampoco soluciona nada demonizar a los hombres, sobre todo cuando sos criado en una cultura donde te acostumbrás a ver a la mujer en un lugar subordinado, si desde la familia y los medios te mandan múltiples mensajes de que tu masculinidad depende, entre otras cosas, de tener "cortita" a "tu" mujer, si te han enseñado que la mujer es una posesión y a ser celoso de tus posesiones, si aprendiste que la violencia es un camino típicamente masculino para resolver los conflictos.
La demonización de los asesinos le conviene a quienes quieren ignorar todo esto. No sirve de nada proponer cosas como "a los violadores hay que castrarlos" si después se dicen cosas como "y cómo no la van violar, si va vestida como p...".
La presión a las instituciones la tenemos que hacer, pero también tenemos que cambiar nosotros.
Daniel Massara
DNI 10.905.074