Francisco Iglesias está a cargo de la Parroquia Sagrada Familia, de barrio Mariano Moreno de Villa María. Durante diez días, dejó el templo para permanecer en Brasil, donde asistió a la Jornada Mundial de la Juventud que encabeza el Papa Francisco ante multitudes de personas.
En esta iglesia local también se encuentra el seminarista Raúl Prado, que, como el sacerdote, fue testigo de la demostración de fe en Río.
Iglesias retornó al país y a esta ciudad para atender cuestiones de la parroquia y dijo, abordado por este matutino: “Fue todo muy bueno. Es increíble la cantidad de jóvenes que hay y la fuerza que existe para trabajar y tender una mano para quien lo necesite”.
El cura consideró que “somos afortunados de tener un Papa como Francisco, que sea tan consciente de la necesidad y dificultades propias del hombre de hoy”.
El Sumo Pontífice “nos llama -advirtió Iglesias- con mucha insistencia y pasión a no quedar indiferentes, sino a ponerse a trabajar con la ayuda de Dios”, hecho que destacó el pastor local.
“Por el Papa, no paran de decir qué buenos que son los argentinos”, contó con una sonrisa.