El hombre que abrazó la religión desde muy chico y que defendió sus ideas a pesar de la oposición de la jerarquía eclesiástica, cumple hoy 91 años.
José Amado Aguirre, sacerdote católico, sigue activo difundiendo su pensamiento y la defensa de su fe en Cristo como lo hacía antes a través de sus libros -casi una decena- por las redes sociales.
Desde su muro en Facebook, no oculta la esperanza que le despierta el Papa Francisco para la renovación de la Iglesia.
Sus amigos le celebrarán hoy el cumpleaños en su casa en Oliva, para honrar la valentía de un hombre humilde, dedicado al estudio y a la religión.
Nacido en Chalacea, pequeña localidad del norte cordobés, en el seno de una sencilla familia religiosa, Aguirre comenzó sus estudios religiosos cuando apenas contaba con nueve años.
Su actitud frente a la formación académica y devoción religiosa, hizo que a los 15 años obtuviera el título de Bachiller en el Seminario de los Padres Vicentinos, de Escobar, provincia de Buenos Aires. No había completado sólo estudios secundarios con orientación religiosa, sino que también tenía conocimientos en latín y en francés.
A los 22 años, por una dispensa especial, se ordenó como sacerdote, dado que la mínima edad para esa etapa son 24 años.
El sacramento que lo inició en su misión pastoral fue recibido el 23 de diciembre de 1944.
Después de un año en la Basílica de Luján fue enviado como profesor al Seminario Metropolitano de Asunción del Paraguay.
En esa Universidad civil obtuvo el diploma de licenciado en Letras y de abogado Civil. Finalizó los estudios jurídicos con el diploma de doctor en Ciencias Jurídicas a través de una tesis sobre el matrimonio, por la cual obtuvo la máxima nota.
Becado por el obispo de Villa María, realizó el Curso de Sociología Pastoral en Roma (CISIC), donde abordó especialmente los estudios sobre marxismo.
Fue nombrado juez en los Tribunales eclesiásticos de Córdoba.
Hasta allí, su carrera ministerial iba en ascenso, pero al momento de dar a conocer su posición sobre el divorcio vincular en lo civil, fue removido del oficio de juez, y suspendido ad divinis en 1986 de su misión sacerdotal.
Previo recurso ante la Santa Sede, se le levantó toda censura.
Durante ese período en el que no pudo oficiar como sacerdote, ingresó en la actividad política y fue concejal de Oliva y asesor jurídico en el Senado provincial.
Este hombre, sacerdote, abogado y licenciado en letras, no puede ocultar la emoción al ver al Papa en Brasil.
Siguiendo las instancias de la visita de la máxima autoridad de la Iglesia, Aguirre escribió: “Francisco pidió una ‘nueva evangelización para América´’... Y él como fiel jesuita, sabe de las Reducciones jesuíticas... que fueron “condenadas” por el mismo ¡¡¡Sumo Pontífice!!! ¡Cuánta verdad con valentía y humildad! ¡¡¡Cuántos errores dentro mismo de la Suprema autoridad de la Iglesia de Cristo!!!
Asegura que el paso de Francisco por Brasil “dejó en cada mente y corazón, una nueva visión del ya viejo cristianismo. El Evangelio auténtico siempre predicando la verdad con amor y libertad. Ya no se puede mantener el cristianismo del código de derecho canónico (que le da potestad a la Iglesia por encima de las leyes civiles), ni el austero catecismo católico, ambos instrumentos del catolicismo imperialista medieval”.
Y así, a los 91 años que celebra hoy, sigue defendiendo aquello que pregonó cuando lo habían cercado por sus ideas: “Sólo la verdad nos hará libres”.