Hacia el año 1904 los trabajadores gastronómicos comenzaron a agruparse en distintas zonas del país por tipo de actividad, dando lugar a sindicatos de cocineros y mozos.
A partir del año 1944, empezó a gestarse un proceso por el cual los sindicatos que se habían creado en cada especialidad se regionalizaron y se formaron asociaciones de trabajadores. Las organizaciones sindicales pudieron abarcar entonces nuevas actividades y nuevas zonas geográficas, que hasta la fecha sólo se hallaban parcialmente sindicalizadas.
Las dictaduras
En 1948 la Secretaría de Trabajo y Previsión de la Nación (Resolución Nº 49/49) otorgó la personería gremial y se constituyó la Federación Obrera Argentina de la Industria Hotelera (FOAIH) que agrupó a todos los gremios de las ramas hotelera y gastronómica que fueron evolucionando desde 1900.
En agosto de 1955 la FOAIH modificó su naturaleza jurídica transformándose en un sindicato denominado Unión de Trabajadores Gastronómicos der la República Argentina (UTGRA), cuyos estatutos fueron aprobados por Resolución Nº 160/55 del Ministerio de Trabajo y Previsión de la Nación, mantuvo la personería gremial Nº 110, pero con el advenimiento de la autodenominada Revolución Libertadora del año 1955, la UTGRA fue intervenida y perdió su personería.
Durante 11 años la personería gremial le fue vedada a los trabajadores gastronómicos, hasta que después de muchas luchas, les fue restituida el 14 de enero de 1966, por Resolución Nº 13/66 del Ministerio de Trabajo y Previsión de la Nación, cuando ocupaba la presidencia el radical Arturo Illia. La Secretaría General del Gremio, por entonces, estuvo a cargo de Ramón Elorza.
En febrero del 1970, durante el Gobierno de facto de Juan Carlos Onganía (1966-70), se puso en vigencia la Ley 18.610, de obras sociales, la cual determinó, entre otros puntos, que los gremios debían abrir una cuenta corriente en el Banco de la Nación Argentina, para recaudar los aportes y contribuciones que prescribía dicha ley, e indicó cómo se debía rubricar los libros contables y de actas en el Instituto Nacional de Obras Sociales (INOS), organismo se inscribirá recién el 18 de enero de 1972.
Hasta ese momento el sindicato tenía como único ingreso lo recaudado por el aporte sindical.
A partir de la Ley de Obras Sociales el movimiento contable-administrativo creció exponencialmente. La independencia y autonomía en el manejo de los recursos posibilitaron un crecimiento gremial sin precedentes y colocó al sindicato en una posición de poder, no sólo en la dinámica sindical tradicional, sino con una nueva instancia en la determinación de políticas de alcance nacional.
La política sanitaria de la época muestra una transformación y los policonsultorios y policlínicos de los sindicatos comenzaron a transformarse en los verdaderos centros de salud para sus propios trabajadores.
En julio de 1977, el gremio de los trabajadores gastronómicos fue nuevamente intervenido, esta vez por la Junta del Proceso de Reorganización Nacional, que el 24 de marzo de 1976 derrocó al Gobierno democrático mediante un golpe de Estado cívico-militar.
Por entonces se sucedieron un sinfín de interventores, hasta que en 1979 el delegado interventor de la dictadura, Carlos Manuel Valladares, devolvió la conducción de la obra social a Luis Barrionuevo como delegado normalizador.
El gremio gastronómico debió enfrentar una nueva intervención durante el Gobierno radical de Raúl Alfonsín, aunque el 21 de mayo de 1987 el Gobierno radical devolvió la obra social a Barrionuevo.
El 23 de octubre de 1985, después de una larga lucha gremial, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación convocó a elecciones a través de las cuales la UTGRA volvió a ser dirigida por sus legítimas autoridades
El gremio hotelero gastronómico, por resolución del 7 de diciembre de 1999 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación modificó finalmente su denominación, y pasó a denominarse Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina.
El 18 de febrero de 2004, atentos al crecimiento que la actividad turística ha tomado en el contexto nacional, apoyando políticas que apuntan a fortalecer este sector, tan importante para la dinámica argentina, se procedió a la reforma del estatuto pasando a denominarse Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteles y Gastronómicos de la República Argentina.
Obra social
Los registros en existencia del sindicato gastronómico que datan de los años 70 muestran un conglomerado de casonas antiguas, en las que se reunían los trabajadores del sector y que funcionaban como centros de la actividad gremial y de reunión y esparcimiento para los afiliados, pero las prestaciones relacionadas con salud se encontraban dispersas y no existía un funcionamiento orgánico individualizado de prestaciones medico asistenciales, ni una sede independiente.
En el país recién se empezaban a gestar los esbozos de un sistema de salud organizado diferente al del Estado, de los privados, o de las mutuales y se relacionaba con las prestaciones de salud para conglomerados de trabajadores agremiados bajo un mismo oficio. Aún la organización sindical no había consolidado una acción social de carácter integral para dispensar al trabajador y a su núcleo familiar una cobertura unificadora de la protección laboral sumada a la de la salud.
Los primeros esbozos de organización en el área de Salud y Acción Social se crearon con dirigentes de varias seccionales comandadas por las autoridades de la sede central formando el Instituto Gastronómico de Obra Social (IGOSA), que tomó resoluciones respecto a temas relacionados con la salud, aunque las prestaciones médicas se brindaron en lugares diseminados subcontratados sin una organización ni pautas claras.
Tras varias décadas de trabajo, la obra social brinda hoy asistencia en salud en centros de excelencia a más de 400 afiliados en todo el territorio nacional, 1.500 personas con capacidades diferentes reciben prestaciones en el área de discapacidad, 250 con problemas de adicciones son rehabilitadas en diferentes centros, se otorgan 650 tratamientos para VIH y 1.200 tratamientos a enfermos de cáncer.
El último año se registraron 6.500 partos anuales y 3.600 niños hasta año de edad de la Capital Federal y del Gran Buenos, y 1.700 en el interior reciben mensualmente planes materno infantiles y provisiones de leche.