El precandidato a diputado nacional Martín Gill, quien se postula a la Cámara baja junto con Carolina Scotto por el Frente para la Victoria, aseguró ayer que ésta “es la única propuesta que viene creciendo y consolidándose” de cara a las PASO del domingo 11.
Dijo que se basa en encuestas, que lo hacen prever que la adhesión “va a superar ampliamente la de las elecciones legislativas de 2007 y 2009”.
Afirmó que nota “respeto muy grande” por parte de la gente en los recorridos de los candidatos de esta lista oficialista y aseveró que José Manuel de la Sota “eligió montar un ring” y que se basa en el enfrentamiento.
“Nosotros planteamos que hay que confluir en un diálogo”, recalcó.
Consultado sobre su mirada respecto al exsecretario de Transporte y procesado por la Justicia, Ricardo Jaime, respondió: “No nos hemos cruzado, no lo conocemos” y remarcó que hay que dejar trabajar a la Justicia.
“Esta es la única fuerza electoral que propone una renovación”, dijo más tarde, resaltando que hay gente nueva y con experiencia para aportar.
“Algunos candidatos son diputados desde hace más de 10 años y no pueden decir lo que hicieron”, disparó el rector de la Universidad Nacional de Villa María en uso de licencia. Y cuestionó que otros postulantes “dicen que van a ir al Congreso a decir que no”, sin generar proyectos constructivos.
Fue categórico respecto a la situación de la provincia de Córdoba y en este sentido declaró que “tiene que recuperar las banderas que la hicieron grande”, generándose propuestas dirigidas a la industria y al trabajo, en el marco de “un proyecto que proteja la mesa de los argentinos”.
“Los pobres de Córdoba son los más desatendidos de la Argentina”, advirtió.
Ve “ridículo” lo generado alrededor de Milani
A Martín Gill, los cuestionamientos efectuados al jefe del Ejército, César Milani, le “parecen ridículos”.
El precandidato a diputado dijo ayer, en una rueda de prensa celebrada en la sede de Comunicación de la Universidad Nacional de Villa María, que es la Justicia la que tiene que intervenir ante las sospechas.
Y luego, ya haciendo una lectura política del escándalo suscitado a raíz de las presuntas vinculaciones del jefe del Ejército designado por la presidenta con la represión durante la última dictadura militar, declaró: “Me parece ridículo que se intente plantear a este Gobierno que tenga una complicidad” con esa época nefasta.