El bombardeo constante de noticias económicas nos muestra un complejo panorama, si bien se puede notar una mejora en los principales indicadores, la incertidumbre se acrecienta ante posibles cambios de rumbos macroeconómicos por parte de Estados Unidos.
El repunte de la industria y de la construcción (3,8% y 2,1% variación interanual según el INDEC respectivamente) son los pilares de la mejora transitoria reflejada en la actividad económica (7,8% según el INDEC); sin embargo, la incipiente mejora no llega a los bolsillos de la gente ¿por qué?
Rezago del consumo
Por múltiples motivos que afectan la toma de decisiones de los individuos, el consumo es la variable más “inelástica” y rígida en relación al nivel de ingreso.
Este fenómeno no ha pasado desapercibido en los analistas y son muchos los estudios que advierten que ante cada nuevo cambio de ciclo económico es el consumo la variable más perezosa, la más lenta en reaccionar.
Las investigaciones también resaltan que son múltiples los motivos y las causas de este comportamiento; factores psicológicos, tecnológicos e incluso institucionales afectan en sumo grado sobre esta variable, y así aumentos y disminuciones del ingreso no provocan en el corto plazo aumentos y disminuciones proporcionales en el consumo de bienes.
Así, por ejemplo, individuos que ven aumentar sus ingresos retardan sus decisiones de aumentar su consumo por temor a que el mismo no se mantenga en el tiempo, y en todo caso los patrones y conductas se van moldeando de a poco; es decir, la incertidumbre y las costumbres son componentes fundamentales que condicionan esta variable a nivel macro.
Lo cierto es que el rezago propio de esta variable confunde, los principales indicadores muestran una mejora, pero la gente todavía tiene el pie en el freno, no consume, así lo muestra el sondeo del nivel de ventas minoristas de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Es de esperar que se empiece a percibir una mejora en el consumo, sin embargo para que los mismos se sostengan los estímulos públicos deberán perdurar en el tiempo, algo difícil de creer en el actual contexto inflacionario.
Como puede afectar al país los posibles cambios de política yanqui generan un ingrediente extra de incertidumbre, un nuevo condimento a un incierto futuro poselectoral.