La transformación futbolística que evidenció Sportivo Playosa entre un tiempo y otro y el puñado de jugadores de pies pródigos que terminaron conformando el frente de ataque del Deportivo Argentino fue lo más destacado del encuentro en el que estos equipos empataron 2 a 2 en el inicio del Torneo Clausura en cancha del “Lobo”.
La influencia en el desarrollo del juego que tuvo un viento exageradamente fuerte dejó rápidamente en evidencia las limitaciones de la visita durante todo el primer tiempo. Es que, fiel a su DNI, Argentino dominó la primera parte -sólo en cuanto a tenencia y espacios- jugando la pelota por el piso, con criterio y orden, pero sin la precisión suficiente como para culminar las ofensivas con acciones de peligro para el arco que defendió Fabricio Garetto. Es por eso que el gol que consiguió para abrir el marcador a los 12 minutos sólo puede justificarlo la pegada de tiro libre de Claudio Díaz, un jugador que, por algunos aspectos, parece haberse escurrido de alguna categoría de elite para decantar en el laberinto de nuestro fútbol doméstico. Por la misma vía “Lanita” pudo haber anotado el segundo, pero la intervención de Garetto fue excelente.
Sportivo Playosa consiguió la igualdad seis minutos más tarde, la única vez que se salió del libreto en esa etapa. Fue cuando Lucas Sachetto trasladó la pelota una buena cantidad de metros hasta desbordar por izquierda y centrar; el arquero Michael Becco dejó el rebote en el área y José Aimar puso el 1 a 1 tras un rebote. Salvo esa jugada, el “Albo” estuvo aferrado a pelotazos que se dormían en el aire y caían lejos de los destinos buscados; fue predecible todo el primer tiempo y ese fútbol sin sorpresa fue como poner a su rival a rendir un examen con el mismo cuestionario cada un minuto: una vez resuelto, actuó con los otros de forma automática y efectiva.
En la segunda parte, mediante la corrección y el replanteo de las formas de ejecución de su fútbol, Sportivo Playosa consiguió mostrar una cara mucho más propicia a conseguir réditos dentro de las condiciones que el viento imponía. Se adelantó unos cuantos metros y comenzó a trasladar la pelota por el piso; también aceleró la transición de defensa a ataque favoreciendo su despliegue en contragolpe. De esta forma estuvo mucho más cerca de convertir que su anterior versión: a los 8 m, Becco sacó del ángulo un tiro libre de Menegotto; a los 12 m, Sacheto peinó una pelota que José Aimar terminó rematando débil, pero bien esquinada y que se fue a centímetros del palo izquierdo de un arquero ya vencido; a los 20 m, otra vez Becco le tapó un remate violento a Menegotto y finalmente a los 23 m logró convertir luego de que Germán Danna perdiera una pelota en la mitad de la cancha que Comba trasladó hacia el área y José Aimar transformó en el 1-2 con complicidad de Fabián Braun para empujar la pelota.
Argentino fue el mismo de los primeros 45 m y sólo demoró tres en conseguir el empate con gol de Márquez, tras un remate de Turina que dio en el poste. Más allá que el 2 a 2 ya parecía cimentado antes del pitido final, los últimos minutos fueron para que estos dos jugadores, junto a Díaz y Vega, desplegaran todas sus armas de potrero, gambetas, amagues y asociaciones espontáneas y precisas. Así, quedó demostrado que Argentino tiene con qué y que Playosa supo cómo corregir, cuando se trata de resolver la ecuación del fútbol.
El árbitro
En un encuentro en el que no hubo grandes situaciones de juego brusco, Diego Gallo no tuvo inconvenientes para llevarlo de la mejor manera. Expulsó correctamente a Roberto Aimar por doble amarilla.
La figura
Claudio Díaz cargó con el peso del ataque de Argentino, marcó el primero y fue gestor de la jugada del segundo gol local. En Playosa, Jorge Cervetti fue lo mejor del primer tiempo, pero se lesionó y casi no jugó el segundo, ahí apareció Facundo Menegotto para tomar la posta. Cabe destacar el oportunismo de José Aimar, en el lugar indicado y en el momento justo para marcar dos veces.
El Mula en el recuerdo
Familiares y compañeros de Juan Carlos Mulinetti asistieron ayer al acto inaugural que se realizó en la cancha de Argentino, previo al encuentro del local ante Playosa.
Tras discursos del presidente del club, Mario Cortez, y el presidente de la Liga Villamariense, Carlos Airaldi, se le hizo entrega de plaquetas a los familiares del recordado bombero, cuyo nombre lleva el torneo del fútbol local.
Fue un acto emotivo, pero muy importante por lo que significó el “Mula”, teniendo en cuenta que en octubre se cumplirán 10 años de su deceso.