Dos llamados y una carta a nuestra Redacción dieron cuenta de problemas y situaciones en las que, como dice el dicho popular, “mejor prevenir que curar...”.
4 Por un lado, un vecino nos cuenta que llevó a sus sobrinos a los juegos nuevos de la costanera, “para que se metan en ese de los chorros de agua”.
“Bueno, está muy divertido (no sé el consumo de agua que tendrá...) pero a mi modo de ver, las terminaciones de la obra son bastante peligrosas, sobre todo cuando algunos chicos se caen por culpa de esas terminaciones... Todo el perímetro del juego tiene unos bordes de cemento con un filo, no digo terrible, pero sí apreciable y como alguno se caiga ahí es más que probable que se vaya con una herida. Eso primero. Pero lo peor creo que está en la tapa de lo que supongo es el motor. Es de chapa y está en un cuadrado con unos bordes y vértices de cemento que realmente dan miedo. El cuadrado está pegado al perímetro del juego, casi como si fuera una plataforma de salida. Bueno, con el agua, la chapa se vuelve resbaladiza para todos los chicos, que vienen corriendo y se dan un porrazo grande. Ayer yo estuve una hora ahí parado y cinco chicos se cayeron precisamente en ese lugar”.
4 El segundo llamado es para que alguien repare en una chata que lleva cinco meses estacionada en la calle Buenos Aires, a la altura del 720. (“Es una mugre y está en la misma manzana del Concejo Deliberante...”).
4 Y el tercero es para que una alta funcionaria del área de Salud de la Municipalidad se entere de que el enganche que lleva en la parte trasera de su auto está prohibido. (Viene con foto y todo y dice que “ella debería dar el ejemplo”).