Hugo Atilio Calderón (45) romperá hoy el silencio que mantuvo desde que fue detenido por el asesinato de Soledad Andrea Salguero (28), ocurrido la noche del 6 de octubre del año pasado.
De este modo, el trabajador rural y remisero hernandense, acusado de haber estrangulado a su expareja, hablará por primera vez desde que se inició el proceso penal en su contra, ya que durante la instrucción judicial de la causa como en lo que va del juicio oral y público hizo uso del derecho constitucional que le permite abstenerse de declarar, sin que eso sea interpretado como una presunción de culpabilidad.
No más testigos
Si bien el propio abogado defensor, Mario Bongianino, dijo ayer a EL DIARIO que tenía que conversar con su cliente para decidir los pasos a seguir, es un hecho que se referirá al asesinato luego de 10 meses de sigilo porque, pese a que ya no comparecerán más testigos en la sala de la Cámara del Crimen, igualmente se convocó para seguir con el debate en la presente jornada.
En efecto, minutos antes de concluir la audiencia de la víspera, y a sabiendas de que no se iban a escuchar más testimonios (los cinco que faltaban fueron incorporados “por lectura” y otros directamente se renunciaron), la jueza Silvia Saslavsky de Camandone dispuso un cuarto intermedio para hoy a las 9.
Sigue el jueves
En tanto, pudo saberse que tras el comparendo de Calderón, el juicio tendrá un receso de seis días, ya que continuará recién el jueves de la semana venidera, oportunidad en la que se escucharán los alegatos del fiscal Francisco Márquez, del querellante Juan Antonio Rusconi y del abogado defensor.
Se estima que la “última palabra” del acusado y el dictado de la sentencia quedarán para el viernes.
Cabe recordar que Calderón fue detenido una semana después del crimen, más precisamente la mañana del sábado 13 de octubre de 2012, en momentos que era interrogado por la Policía sobre el paradero de Soledad.
Para ello, efectivos de la División Investigaciones de la Unidad Departamental General San Martín viajaron hasta un campo ubicado en el sur provincial, donde el sospechoso estaba trabajando, para entrevistarlo en relación a la desaparición de su expareja.
Virtual confesión
Allí, Calderón comenzó a responder numerosas preguntas en calidad de testigo, hasta que en determinado momento, tal vez agobiado por su conciencia, se quebró y admitió que la había estrangulado, y que se deshizo del cuerpo en un paraje cercano a la localidad de Pampayasta.
“No aguanto más… yo la maté”, reveló escuetamente el femicida, quien fue detenido de inmediato por orden del fiscal Daniel Del Vö. Poco después, condujo a los policías hasta el lugar donde había arrojado el cadáver, el cual fue encontrado entre unos pastizales y en avanzado estado de descomposición.
Hoy, a casi 10 meses de aquella virtual confesión, Calderón volverá a referirse al terrible hecho, aunque en circunstancias muy disímiles, ya que su declaración tendrá validez jurídica.
Testimonios
Durante la jornada de ayer, entre minutos antes de las 11 y hasta las 15, declararon ocho testigos, en su mayoría convocados por la Defensa.
La primera en comparecer fue Margarita Ester Torres, abuela de Facundo Nicolás Fonsfría, un joven alojado en la cárcel de Villa María que había sido visitado por Soledad en tres oportunidades, pocos días antes de ser asesinada.
La mujer dijo que su nieto y la exconcubina de Calderón eran amigos (“Desconozco que hayan tenido una relación íntima”, precisó), y contó que el 7 de octubre los tres iban a compartir un asado en el penal de barrio Belgrano, pero ella no concurrió a la cita.
Torres, quien es vecina de Hernando, declaró que a mediados de setiembre pasado y por medio de mensajes de texto, Soledad le contó que por error le había enviado a Calderón un SMS dirigido a ella, circunstancia que enfureció a este último.
Si bien dijo que nunca se enteró qué decía aquel mensaje, Salguero le dio a entender que estaba atemorizada por lo que pudiera pasarle.
La exesposa
En segundo término compareció Mariela Cristina Vigani, quien estuvo casada con Calderón por espacio de 11 años (entre 1990 y 2001), de cuya unión nació una joven que actualmente tiene 18 años.
Vigani sostuvo que después que su exesposo se juntó con Salguero, “se alejó de su hija y dejó de asistirla económicamente”, e incluso relató que en una oportunidad “Soledad intentó pegarle”.
“Mi exsuegra (Hilda Orengo) me contó que ellos no se llevaban bien, que discutían mucho y tenían una pésima relación”, añadió Vigani, y aseguró que cuando Calderón empezó la pareja con Salguero, “él desapareció de la vida de su hija”.
Consultada por el fiscal, la testigo refirió que cuando la chica cumplió los 15 años (octubre de 2009) “no ayudó para nada ni fue a la fiesta”, y recordó que cuando su hija fue a llevarle la tarjera de invitación, “Soledad se la rompió y se la tiró en la cara”.
“Muy agresiva”
Luego declaró el remisero Teodoro Miguel Medina, tío de Calderón, quien aseguró que su sobrino “nunca tuvo una mala acción” ya que era “una buena persona”.
Posteriormente, el testigo dijo que “a ella (Soledad) la conocí en el bulín de barrio Bertea”, en Hernando, y la describió como una persona “muy agresiva, que trataba mal a Hugo y lo sobraba”.
“Cuando lo echaba de su casa (la que compartían en aquella ciudad), él se iba a dormir a lo de su madre, y en Villa María le cerraba la puerta con llave y Hugo se tenía que ir a lo de Manuel Salguero”, tío de la joven.
Contratista rural
Luego de un cuarto intermedio, el tribunal receptó el testimonio de Guillermo Federico Stucky, un contratista rural para el cual Calderón trabajó varias temporadas en los últimos años.
Cuando el acusado fue detenido, estaba realizando tareas en un campo cercano a Villa Sarmiento, una pequeña localidad ubicada al suroeste de Vicuña Mackenna, a unos 280 kilómetros de Villa María.
Cuando fue interrogado sobre las condiciones personales del acusado, Stucky aseguró que era “uno de los mejores trabajadores que tuvo”, que “nunca tuvo problemas con nadie” y que “era de hablar poco y muy correcto”.
Con su remise
En términos similares se expresó el testigo Reinaldo Gregorio Riorda, un permisionario de remise de Hernando que empleó a Calderón por espacio de 11 años.
“Era una excelente persona”, sostuvo Riorda, y cuando le preguntaron si lo consideraba un hombre violento, afirmó: “Para nada… era un hombre de agachar la cabeza que trabajaba, trabajaba y trabajaba”.
Por su parte, el también remisero hernandense Pablo Mateo Patritti también ponderó la personalidad del acusado, al señalar que “jamás lo vi discutir con nadie” y que “siempre fue un compañero bárbaro”.
De igual modo, dijo que Soledad “era una linda chica”, que la conoció cuando ella trabajaba en una whisquería de aquella ciudad (porque la había llevado varias veces en su coche desde el bar hasta la casa donde vivía, cerca de la Terminal), y afirmó que después que se juntó con Calderón “se comportaba como una dama”.
Otro patrón
El penúltimo testigo de la jornada fue el contratista rural Hermes José Ferreyra, quien relató que Calderón había trabajado para él en las temporadas 2003, 2006, 2007, 2008 y 2009, desempeñándose como maquinista de una cosechadora.
Cuando se lo consultó sobre la clase de persona que era el acusado, Ferreyra respondió en forma terminante: “Yo tuve dos empleados de primer nivel, y uno de ellos fue Hugo”. Asimismo, señaló que era “una buena persona, tanto conmigo y como con sus compañeros de trabajo” y que “nunca originó problemas”.
Preguntado por Soledad, respondió que era “una linda chica, con la que siempre tuve una relación respetuosa”.
La dueña del bar
Finalmente declaró Gladys del Valle Rodríguez, dueña del bar “El Descanso”, una whisquería que funcionó en las afueras de Hernando hasta abril de 2009 y donde Salguero estuvo trabajando como “copera” hasta que conoció a Calderón.
Rodríguez explicó que “ella llegó un día a mi negocio, sola, y me pidió si podía trabajar”. Algún tiempo después entabló una relación con el acusado, “se enamoraron y nunca más volvieron”, agregó.
Respecto de la actividad que desarrollaba la joven, la testigo dijo que “hacía copas, al igual que las otras chicas”, aunque negó que su negocio fuera un prostíbulo.
“No sé si Soledad era prostituta; lo que ella hacía fuera del bar era problema suyo”, indicó Rodríguez, y al ser preguntada sobre qué pensó cuando se enteró de lo que le había sucedido, contestó: “No lo podía creer… la verdad que me quedé helada, porque Hugo era una buena persona”.
Sin embargo, agregó que “ella también era muy buena”, y ante una pregunta de la Defensa contestó que “nunca” la vio golpeada y que “las pocas veces que me la crucé en el pueblo estaba muy feliz”.
Fotos: 1) Calderón dialoga con su defensor, Mario Bongianino, durante la audiencia de la víspera. El abogado dijo que hoy volverán a conversar para decidir si declara, aunque se descuenta que el acusado rompa el silencio
2 y 3) Reinaldo Riordo y Pablo Patritti, dos remiseros de Hernando que fueron compañeros de trabajo del acusado cuando estaba domiciliado allá
4 y 5) Hermes Ferreyra y Guillermo Stucky, contratistas rurales para los que supo trabajar Calderón. Ambos ponderaron sus cualidades personales
6) Margarita Torres, abuela de Facundo Fosnfría, el joven al que Soledad había visitado en la cárcel en tres ocasiones durante setiembre del año pasado
7) Gladys Rodríguez, dueña del bar “El Descanso” de Hernando, donde Soledad trabajó “haciendo copas”, hasta que conoció a Calderón y “se enamoraron”
8) Liliana Salguero, mamá de Soledad, explotó de ira y llanto cuando declaraba la exmujer de Calderón. Salió de la sala conmocionada, hasta que se calmó
9) Mariela Vigani, exesposa de Calderón. Dijo que cuando se juntó con Salguero, “se alejó de su hija”, a tal punto que “ni siquiera fue a su fiesta de 15 años”