En el medio del debate entre la protección del ambiente y las necesidades alimentarias de las familias más pobres de la ciudad, están ellos, hombres rudos, con familias numerosas que “hacen la diaria” extrayendo la arena del río.
No todos son iguales: por ejemplo, está aquel que tiene un camión vetusto, el que tiene dos caballos y el que trabaja para ellos “paleando” los áridos.
Ganan, según los casos, entre 400, 250 y 150 pesos diarios. “Pero el que gana más, tiene que pagar la arena que sacan los otros y mantener el camión”, aclararon.
Anteayer, mientras estaban en esa tarea en la zona de Villa del Sur, agentes de la Policía los hicieron retirar. “Eran milicos buenos, que por suerte no nos sacaron las cosas”, dijo uno de los trabajadores.
Ayer la situación se repitió. “Sabemos que está prohibido y que la orden viene de Córdoba (por la ex-Dipas). Pero díganos qué le llevamos a nuestra familia a la mesa. ¿Quieren que salgamos a robar?”, se preguntó otro.
Ante esa preocupación, fueron a la Municipalidad a reclamar apoyo local.
En el lugar, fueron atendidos por el director de Convivencia Urbana y Tránsito, Jorge Mulinetti, quien acordó reunirse el lunes con representantes de los areneros.
El tema es que, tal como le plantearon en la ex-Dipas el año pasado, si ellos se organizan en cooperativa y no extraen la arena mecánicamente, pueden conseguir un permiso especial. “Nosotros los vamos a ayudar, pero traigan la lista de todos, para ver cómo empezamos a trabajar”, dijo Mulinetti.
Aseguran que son 90 las familias que viven de los áridos del río y entienden que el problema ambiental no lo causan ellos con la pala sino los que utilizan extractores mecánicos. “Por eso queremos que nos controlen, pero que podamos trabajar nosotros, los pobres y que no vengan los que tienen plata a dejar el río sin arena”, agregaron.
Uno de los mayores recordó que tiene un acta de 1953 cuando la Municipalidad les daba el explícito apoyo. “Estamos en 2013 y parece que atrasamos”, reflexionó.