Ernesto Fernández Núñez será uno de los disertantes en el marco de la Campaña Nacional Contra la Tortura, que se desarrollará mañana en Villa María. Lo hará en su condición de presidente de la Unión Hispanoamericana de Escritores.
“Siempre hay una excusa para volver a mi querida Villa María, pero esta vez me pone especialmente feliz, porque es para dar comienzo desde aquí a una campaña que se promueve desde el Estado y que nos llevará por todas las provincias”, expresó a EL DIARIO.
Y explicó que la Defensoría General de la Nación y la Sociedad Argentina de Escritores, junto a otras instituciones, se proponen redoblar la defensa de los derechos humanos al cumplirse los 200 años de la Asamblea del Año XIII.
Ante la consulta acerca de si se ha cumplido con aquellos postulados fundacionales, respondió: “Para nada. La tortura es la gran ausente de la historia, no está escrita en ningún lado; hay pocos testimonios, a partir del año XIII dejó de ser legal para entrar en esa zona oscura y sórdida de la vida humana, no visible, difícil de descubrir y ha desarrollado nuevas formas de aplicación; la estigmatización, exclusión y la pobreza también implican formas de tortura. En el mundo, las cárceles de Guantánamo, que son centros de tortura, los guetos africanos, los apátridas, para universalizar el concepto, son ejemplos y sin irnos tan lejos el fenómeno actual del llamado bulling, violencia escolar, que ahora tiene forma, pero siempre existió.
-¿Se promueve desde el Estado porque existen instituciones permeables al uso de la tortura?
-La tortura se instala fácilmente en las instituciones, pero para que eso suceda tiene que haber una cadena de encubrimientos. He sido durante muchos años director nacional de Tratamiento Institucional de Menores Privados de su Libertad y sé de lo que hablo. Algunas instituciones suelen desarrollar una patología identificatoria, es decir, se identifican y actúan igual a la problemática que tienen que resolver. Entonces la escuela no enseña a pensar; la Justicia no equilibra, desequilibra; el Ejército no defiende la soberanía, la vende; la Policía no cuida, golpea; los organismos que tienen que cuidar a nuestros ancianos, abandonan; los políticos no hablan, mienten. La lista es larga...
-¿Los escritores tienen mucho que decir sobre el tema?
-Todo régimen autoritario comienza con tres acciones que son sacadas del “Manual del buen golpista”: violentar la Constitución, meter preso a los obreros y quemar los libros. La tortura es usada como método de control social. El escritor rompe el límite de lo permitido a través de la palabra, esto lo convierte en rebelde y subversivo. En los años cincuenta se creía que un libro podía cambiar el mundo, hoy si un libro ilumina por un día la oscuridad reinante, nos conformamos.
También disertarán la defensora general de la Nación, Stella Maris Martínez, y el juez de la Cámara del Crimen local, René Gandarillas, entre otros.