Dos jóvenes sufrieron quemaduras de distinta consideración (algunas de ellas graves) al explotar un tambor de 200 litros en circunstancias en que se encontraban trabajando en un taller.
Se trata de Lucas Rubiano (23) y Luciano Medail (28), quienes tras recibir los primeros auxilios en el Hospital Regional Pasteur, fueron derivados al Instituto del Quemado de Córdoba, donde se encuentran internados y a la espera de su evolución.
El hecho ocurrió el lunes, alrededor de las 21.30 y, según informaron fuentes policiales, Medail, quien es piloto automovilístico y Rubiano, mecánico, se encontraban en el taller de este último soldando caños estructurales con el objetivo de construir un tráiler para un coche de competición.
En el taller había otras dos personas: Mario Morales (quien tomó la fotografía que se ve arriba y suele ser un ocasional copiloto) y Diego Gigli (habitual navegante de Medail).
En esa circunstancia, Medail y Rubiano apoyaron los caños sobre un tambor de 200 litros vacío, que había contenido alguna sustancia combustible.
Al “puntear” el metal con la soldadora eléctrica volaron chispas que tomaron contacto con los gases que emanaba el tambor y éste explotó.
Ambos fueron alcanzados por las llamas. La ropa de Rubiano tomó fuego.
Morales y Gigli, que no resultaron heridos, acudieron en socorro de los quemados, ayudándolos con sus prendas en llamas y llevándoles debajo de una canilla que hay en el taller.
Rubiano, quien sufrió quemaduras de tercer grado en las dos piernas, las manos y parte del pecho, además recibió un fuerte golpe en la cara (tiene un importante corte en la nariz), aparentemente, ocasionado por la tapa del tambor que voló con la explosión. Aunque no se descarta que pueda haber sido uno de los caños el que lo golpeó.
El muchacho se encuentra ingresado en terapia intensiva, bajo el efecto de sedantes y con respiración asistida.
Darío Rubiano, padre de Lucas, dijo ayer que el estado de salud del muchacho es complicado debido a las quemaduras sufridas (aparentemente un 70% del cuerpo), pero destacó que “lo importante es que las vías respiratorias no sufrieron daños” e indicó que “esto es día a día”.
En tanto, Atilio Medail, padre del piloto, explicó que su hijo, quien padeció quemaduras en un 30% del cuerpo, más precisamente en las piernas, “se encuentra consciente y estable”, aunque un poco deprimido.
Ambos jóvenes están en compañía de sus familiares, quienes viajaron a Córdoba en la jornada de ayer para aguardar la evolución de los heridos.