Hugo Atilio Calderón (45) fue condenado ayer a 20 años de prisión por el asesinato de su concubina, Soledad Andrea Salguero (28), al cabo de una prolongada audiencia en la que la Fiscalía de Cámara, la Querella Particular y la Defensa pronunciaron sus respectivos alegatos.
El veredicto se conoció exactamente a las 16.20, tras seis horas de intenso debate en la sala ubicada en el quinto piso de Tribunales, y poco después de que el propio Calderón hiciera uso de lo que se conoce como “última palabra”, previo al dictado de la sentencia.
“Jamás tuve intención de matarla y por eso estoy arrepentido”, comenzó diciendo el trabajador rural oriundo de Hernando, quien seguidamente agregó estar “de acuerdo con que se haga justicia”.
En su breve manifestación, el confeso autor del homicidio ocurrido la noche del sábado 6 de octubre de 2012 añadió que quería “pedirle disculpas a mis dos hijos, a Manuel Salguero (tío de Soledad) y a mi familia” y, con una voz apenas audible, concluyó: “Dios también me va a juzgar”.
Con la mirada clavada en el piso, Calderón escuchó inmutable la lectura de la sentencia por parte del secretario Roberto Jue y pocos segundos después, ni bien la presidenta del tribunal, Silvia Saslavsky de Camandone, informó que el juicio había concluido, la madre de Soledad descargó su dolor e impotencia con un desgarrador insulto.
“¡Asesino, la mataste... hijo de puta!”, gritó conmovida Liliana Salguero, pero su bronca no pasó de lo verbal, ya que fue rápidamente contenida por personal policial y varios familiares y amigos, algunos de los cuales sumaron sus voces de indignación entre sollozos.
De manera simultánea, los cinco efectivos del Servicio Penitenciario que custodiaban a Calderón lo retiraron de la sala por una puerta trasera, al tiempo que otros uniformados de la Policía local evitaron que la ira contenida derivara en incidentes.
La condicional
Si la sentencia queda firme, Calderón estará un largo tiempo en la cárcel y sólo podrá solicitar la “libertad condicional” cuando complete los dos tercios de la condena impuesta en la víspera, es decir 13 años y cuatro meses.
Para que ello ocurra, no sólo deberá observar buena conducta durante todo el período de detención, sino que oportunamente deberá someterse a una pericia psicológica que determine que está en condiciones de reinsertarse socialmente.
Se supone que por tratarse de un convicto primario, que no registraba antecedentes policiales ni denuncias por hechos de violencia anteriores al homicidio y que, incluso, hasta el momento tiene un comportamiento disciplinario irreprochable, podrá acceder al beneficio excarcelatorio previsto en el artículo 13 del Código Penal de la Nación.
Dicha norma legal establece que “el condenado a reclusión o prisión (...) por más de tres años, que hubiere cumplido los dos tercios (...), observando con regularidad los reglamentos carcelarios, podrá obtener la libertad por resolución judicial, previo informe de la dirección del establecimiento e informe de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social”.
Si Calderón cumple los requisitos fijados por la ley y sortea con éxito la pericia psicológica que determine su aptitud, podrá salir de la cárcel recién el 13 de febrero de 2026. Para entonces, tendrá 58 años.
Pidió 25 años
La extensa jornada de deliberaciones se inició a las 10.15 y 10 minutos más tarde el fiscal Francisco Márquez comenzó su alegato, que se extendió por espacio de dos horas exactas.
A criterio del acusador público, el hecho que terminó con la vida de Soledad fue “un crimen premeditado” y luego de un minucioso análisis de la prueba, solicitó una pena de 25 años de prisión para el acusado, el máximo previsto por la legislación para el “homicidio simple”.
A lo largo de sus conclusiones, Márquez reprochó la conducta de Calderón, sobre todo la adoptada inmediatamente después de advertir que su pareja había muerto luego de estrangularla en la vivienda que ocupaban en Ituzaingó y pasaje Formosa, en barrio Lamadrid de Villa María.
“No sólo que no atinó a buscar ayuda, sino que la cargó en su auto como si fuera una bolsa de desechos y la tiró en una zona descampada, lejos de la ciudad, para deshacerse del cuerpo”, enfatizó el fiscal.
Tras sostener que Salguero estaba muy atemorizada por lo que pudiera hacerle Calderón a raíz de una presunta infidelidad, Márquez describió el caso como la “crónica de una muerte anunciada”; aseguró que el crimen fue un “homicidio premeditado, calculado” y sostuvo que “si no fuese por ‘Panchito’ (el pequeño hijo de la pareja, de 4 años al momento del hecho), Soledad hubiera sido una desaparecida más”.
El querellante
En segunda instancia alegó el abogado querellante Juan Antonio Rusconi (representante legal de la madre de la víctima), quien apelando a un discurso más emotivo que técnico y por espacio de apenas 20 minutos, adhirió a la pena solicitada por el fiscal.
Durante su breve exposición, Rusconi aseguró que Soledad “era una mujer-objeto” para el acusado, a quien definió como un sujeto “individualista, que sólo pensó en él, y al que nunca le importó ni su propio hijo, que estaba presente cuando estranguló a Soledad”.
El letrado aludió también a una “doble personalidad” de Calderón, al sostener que “tenía una forma de ser hacia afuera, hacia la sociedad, y otra muy distinta, posesiva y dominante, puertas adentro”.
El defensor
Por último, y durante exactamente una hora, el abogado hernandense Mario Bongianino elaboró un minucioso y pormenorizado análisis de la prueba, para lo cual utilizó un lenguaje más bien técnico, esencialmente dirigido a los miembros del tribunal.
Utilizando palabras del fiscal, pero invirtiendo el sentido de las mismas, el defensor enfatizó que estaba ante lo que definió como “la crónica de una condena anunciada”, al considerar que había una “indisimulada presión de algunas organizaciones sociales” para que su cliente fuera severamente castigado.
Cuestionó duramente que el titular del Ministerio Público haya pedido “una condena que jamás solicitó en esta Cámara para un primario”, requerimiento que calificó de “arbitrario”.
Bongianino sostuvo que, a su entender, Calderón era autor de un “homicidio en estado de emoción violenta” (delito que es legislado por el artículo 81 del Código Penal y reprimido con prisión de tres a seis años), por lo cual solicitó una condena de cuatro años y seis meses.
Sin embargo, y de manera subsidiaria, pidió una pena de nueve años de cárcel si el tribunal entendía que no se configuraba el atenuante de la emoción violenta, y para ello tuvo en cuenta que su cliente era “un hombre pacífico, trabajador, rústico, tolerante y sin antecedentes”.
LAS FOTOS:
1- El abogado Mario Bongianino pronunció un muy destacado alegato, pero no pudo evitar que el tribunal aplicara una severa condena. A su lado, el confeso homicida Hugo Calderón
2- Familiares y amigos de Soledad, junto a representantes de organizaciones sociales, colmaron la sala del quinto piso de Tribunales. Ayer también hubo un estricto operativo de seguridad
3- Soledad Andrea Salguero, la joven que fue estrangulada la noche del 6 de octubre del año pasado en la vivienda que ocupaba en barrio Lamadrid. Su cuerpo fue hallado una semana después en un paraje cercano a Pampayasta
4-De izquierda a derecha, el fiscal Francisco Márquez; la mamá de Soledad, Liliana Salguero, y el abogado que la patrocinó como querellante particular, Juan Antonio Rusconi