Por: NET
"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva. José Saramago
Y pasaron las PASO y abrieron camino al andar. Incomprensiblemente o no, de acuerdo al cristal que utilice el ojo, todos festejaron. De una manera cercana a la superficialidad, en ciertos casos, la mayoría de los precandidatos se sintieron tocados por la varita del triunfo. Subidos a las carrozas de fuego, demostrando su destreza atlética, varias figuras del terreno político enarbolaron la bandera de una victoria que, bien decía Saramago, jamás es definitiva.
Inmersos en las palabras del Premio Nobel de Literatura, los supuestos derrotados encontraron facetas positivas y levantaron las copas imaginando un esplendoroso futuro en un lecho de rosas en las alcobas del poder.
Seguramente, las primarias tuvieron magia. Fueron el PASO de lo visible a lo invisible. De la realidad a la imaginación y, en ese puente, se juntaron prácticamente todos.
Empecemos de abajo hacia arriba. En Villa María la euforia del domingo estuvo en el búnker del Frente para la Victoria, la sede del Partido Justicialista local.
Si bien los porcentajes logrados no convencieron demasiado a los protagonistas, existe un hecho visible: Eduardo Accastello, Nora Bedano, Martín Gill y Guillermo Cavagnero se quedaron con el trofeo de ser los únicos ganadores en el territorio provincial.
Los demás referentes K se indigestaron: Fabián Francioni, que ostentó el título de peso pesado del proyecto nacional, no encontró la espiga dorada de trigo en su ciudad, Leones, y a Juan Pereyra (un mimado de la Casa Rosada) lo hicieron puré en su tierra, Villa Dolores.
Dos hechos, entre tantos otros, que fueron puestos en el tapete por los dirigentes del peronismo local y que agitara el intendente local en los despachos capitalinos, por donde anduvo días atrás, según sus propios allegados.
La celebración tuvo su parte oscura: en territorio cordobés el Frente para la Victoria salió cuarto y los números de agosto dejan poco espacio para soñar un cambio sustancial que lleve a Gill (en segundo lugar detrás de Carolina Scotto) al Congreso de la Nación.
Cruzando la frontera del realismo mágico, y sus posibles efectos rumbo a octubre, existe un hecho concreto e innegable en la provincia: el peronismo sigue teniendo las preferencias de la mayoría de la población.
No hace falta calculadora en mano para darse cuenta de que sumando los sufragios de las diversas variantes del movimiento de Perón en nuestros pagos, más del 60% se inclinó a su favor.
Resumiendo, entre jodido y radiante, parafraseando a Benedetti, la historia se contó así: para un sector analista, el “Gallego” de la Sota fue el gran perdedor (a pesar de que su candidato Juan Schiaretti quedó primero), otros ven al radicalismo como el gran vengador (a pesar de que en la grilla está segundo y no le fue bien en el terruño de Mestre). Una franja lo imagina en el podio al referente del PRO, Héctor Baldassi (tercero cómodo), y no falta quienes piensan que los resultados expresan el deseo de “regresar al pasado” y predicen la llegada de los jinetes del Apocalipsis.
Cosas de la magia que la razón no comprende. En democracia, el pueblo habla a través de las urnas. Y si su lenguaje no se escucha, no se entiende o se adapta acorde a las conveniencias, pocas opciones tenemos de crecer y darle mayor madurez al sistema recuperado hace treinta años con miles de vidas perdidas.
La ventaja elemental de las primarias es brindar a los políticos una base para interpretar los dichos de la mayoría y fijar el camino que cerrará el proceso el 27 de octubre cuando definitivamente se elijan los nuevos legisladores nacionales.
Cuestionando las distintas posturas ciudadanas y festejando acorde a los propios gustos, se puede llegar a algún lado, pero no se va a ninguna parte.
Amasados
Otra historia de realismo mágico que, en mi humilde entender, dejó las PASO, estuvo en las urnas de la provincia más populosa del país: Buenos Aires.
De pronto, un simple intendente los dejó a todos “amasados” y se convirtió, en pocas horas, en el “tigre de los llanos” o en una especie de Indiana Jones en busca de la última cruzada.
Sí, en el mundo de la imaginación Sergio Massa saltó de la Intendencia a una futura Presidencia sin ensuciarse los zapatos ni arrugarse el traje.
Un espejo de dos caras.
Es correcto que entrando en las arenas movedizas de la especulación, el joven de 41 años tiene buenas chances de crecer de aquí a octubre y llegar al Congreso con un bloque con capacidad de negociación.
Pero no es menos correcto que el Gobierno nacional tiene en sus manos la posibilidad de tomar diversas medidas, algunas reclamadas por la población y otras de corte político, que neutralicen su triunfo. Más en un espacio con sello peronista marcado a fuego.
En ese territorio las diversas variedades del peronismo lograron más del setenta por ciento de los votos. Un dato no menor que deja muchos puntos atrás a los partidos opositores.
No obstante, una señal para dejar claro que el principal apoyo del Frente para la Victoria sigue estando en el peronismo y no en las otras estructuras que se intentaron armar en los últimos años y no tuvieron el éxito esperado para pensar en la renovación con cuadros de pura raza.
Es compleja la tarea que le espera a Cristina en los próximos meses. Ella cargó en sus espaldas el peso de la campaña y sin bajar los brazos, ante los resultados que bajonearon a muchos de sus colaboradores, salió el domingo a enviar un mensaje de fuerza y convicciones. No podía hacer otra cosa.
Sin tregua
Cristina con su personalidad ejerce un liderazgo fuerte y solitario.
Su clara decisión de encabezar una batalla sin tregua con ciertos grupos concentrados de poder no le dejan margen para la debilidad.
Ella necesita demostrarle a sus más férreos defensores que no dará un paso atrás y que el “modelo” continuará cueste lo que cueste.
Ella precisa demostrarle a sus “elegidos rivales” que no van a frenar con facilidad su avance sobre determinados temas que han generado reacciones adversas en los damnificados.
¿Cuál es el principal inconveniente que se puede vislumbrar en esta previa a las legislativas? La mayoría de los ciudadanos no dan señales de estar seducidos con la “pelea” que motoriza sus acciones. Un sector importante de la población quiere soluciones para los problemas que debe enfrentar todos los días y no está interesado (a simple vista) en sumergirse en las profundidades más sutiles de dicha batalla. Y los seguidores de Cristina, a juzgar por los resultados, no han podido hacer pie en los territorios. Por ahora, el peronismo sigue manejando los hilos y Cristina tendrá que recuperar el control de esos movimientos. Es su inmediato desafío.
La frase
“Subestimamos la elección. Hubo funcionarios que no estuvieron a la altura de las circunstancias. Hubo quienes hicieron campaña sólo para la foto y quienes salieron a poner la cara y a hablar con los vecinos".
Fernando “Chino” Navarro, FPV
“Hay un sector importante de la gente que compra a un candidato como si fuera un pancho y el análisis debería ser más profundo”.
Diana Conti, FPV