Fue, la de ayer, una madrugada distinta, llena de color. Ese color especial que da la gente y esas máquinas de todo el mundo de última generación con tecnología sofisticada, que pasaron por una habitualmente oscura ruta pesada, esta vez llena de luz.
Y esos pilotos que las manejaban vieron tanta pasión, que retribuyeron con los brazos en alto todo el cariño que el aficionado villamariense y la gente común, le brindó a cada paso a estos representantes de distintos países que durante quince días recorrieron sectores de aventura de la Argentina y Chile, poniendo de manifiesto toda su pericia, buscando llegar al final de una competencia, de más de 9 mil kilómetros.
Esta competencia, la más exigente de todas las competencias, demostró que también Argentina y Chile poseen toda la geografía adecuada, que este raid, el más largo del mundo, exige.
Más allá de la gran cantidad de abandonos, de algunos desajustes organizativos, los operativos de seguridad funcionaron acordes a las circunstancias, el desafió que significaba montar semejante tarea para satisfacer las exigencias previas, fueron cumplidos.
También Villa María se volcó a las calles masivamente, ya sea en la ruta pesada o en el ingreso por la zona de los bulevares. El público se comportó correctamente y dejó en evidencia, por qué este centro neurálgico del país está en condiciones de recibir, en el año 2010, nuevamente a los protagonistas de esta aventura.
Y si así fuese, dentro de un año los villamarienses volverán a ganar la madrugada o la hora que sea para salir a brindar su aplauso. Hoy queremos quedarnos, como un testimonio y un recuerdo, con estas imágenes de un día inolvidable.
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