Una nueva víctima fatal, la segunda, amplió el luctuoso saldo del accidente de tránsito que ocurrió el viernes pasado sobre la autopista AU9, en jurisdicción de James Craik, al dejar de existir durante el fin de semana la mujer que conducía el vehículo siniestrado, quien se encontraba internada en terapia intensiva en el Hospital Regional Pasteur, informó la Policía.
La mujer fallecida es Lorena Lezcano, de 43 años de edad, hija de la otra víctima fatal que deparó el vuelco de un utilitario, presuntamente por el reventón de uno de los neumáticos, identificada como Loredana Basile, de 63 años, ambas residentes en la localidad bonaerense de Villa Ballester.
El accidente
EL DIARIO, en su edición del sábado pasado, informó precisamente acerca del trágico siniestro acaecido en el kilómetro 660 de la autopista, en jurisdicción de James Craik, cuando Lezcano perdió el control del Volkswagen Suran, dominio FVX 577.
A raíz de esta circunstancia el rodado, que guiaba Lezcano y que también ocupaban su madre y un hermano, dio varios tumbos y se detuvo finalmente en el cantero central totalmente destrozado.
Fue entonces que la mujer sexagenaria murió en forma instantánea, mientras que la conductora resultó con lesiones severas que determinaron su internación en la sala de cuidados especiales del Hospital Pasteur, donde su agonía se extendió poco menos de 48 horas hasta que falleció el pasado domingo.
El delicado estado de Lezcano ya había sido puesto de manifiesto precisamente desde el mencionado nosocomio, donde se informó que la mujer que conducía el vehículo era una paciente “politraumatizada”, cuyo estado era “crítico y de pronóstico reservado”.
El mismo viernes, después del diagnóstico inicial se dio cuenta que la infortunada conductora permanecía internada “con asistencia respiratoria mecánica”, toda vez que sufrió “un severo traumatismo de cráneo” y fracturas “de clavícula y muñeca izquierda”.
Triste historia
A las consecuencias del accidente, grave y penoso por sí mismo, se añadió otro dato que lo convirtió en más doloroso aún.
La familia Lezcano, se indicó, realizaba el viaje hacia Córdoba, procedente desde la mencionada ciudad bonaerense, para depositar en nuestra provincia las cenizas del padre, quien había dejado de existir semanas antes.
A tal fin se movilizaban en el rodado siniestrado la esposa y los dos hijos, quienes trasladaban los restos cremados del jefe de la familia para cumplir, claro está, con un pedido que éste había hecho en vida.
En poco tiempo y en distintos episodios la familia Lezcano-Basile vio desaparecer a tres de sus cuatro integrantes, por lo que hoy sólo sobrevive un hijo, quien también estuvo involucrado en el siniestro ocurrido en la autopista el viernes último.