A pura potencia, decisión y sacrificio, Rodrigo Santoni dejó en claro el domingo cómo se juegan los clásicos cabralenses.
El capitán de Rivadavia se erigió en la figura del triunfo que Rivadavia obtuvo ante Colón y ratificó esa condición en casi la última jugada del partido, cuando dejó solo a Franco Gozzerino para marcar la diferencia y alcanzar los tres puntos en el Clausura del último campeón.
Esa imagen de atacante difícil de marcar, que tiene un plus en su juego para sostener el espíritu ganador, fue reconocida por todos tras el final del clásico, cuando Rodrigo recibió abrazos y se llenó de elogios. No obstante, el tipo tuvo el respeto de los capitanes serios y, antes que nada, se acercó a saludar a los vencidos en un gesto deportivo que vale la pena resaltar.
“Ganar un clásico es muy especial”, le contó después a EL DIARIO.
“En el Apertura no pudimos ganar ninguno, empatamos los dos y para mí ellos robaron dos puntos de manera increíble, pero después de eso nos juramentamos ganar este”, añadió.
Para explicar por qué Rivadavia se quedó con esa gran victoria, indicó: “Estuvimos al 100% y fuimos más contundentes a la hora de atacar, aunque a veces cuando atacamos así seguro que alguna contra nos van a meter, pero gracias a Dios tuvimos esa del final y ganamos”.
“Esa del final” fue nada menos que su jugada, una acción decisiva que para él también fue una revancha por lo que había sucedido minutos antes.
“Había errado uno a los cuarenta y pico cuando la paré de pecho, me dio el sol y la agarré muy abajo a la pelota; después la paré, lo vi a ‘Caco’ (Gozzerino) que estaba solo y esperé la salida del arquero para dejarlo con el arco libre”, relató.
Claro que, más allá de la jugada del gol, Rodrigo mantuvo siempre latente el peligro sobre la defensa rival. Un hambre de gloria interesante para ese tipo de partidos.
“Las ganas de triunfar te llevan para adelante”, argumentó más tarde. Y admitió: “Colón tiene defensores muy fuertes y mientras no haya mala intención, todos vamos a muerte en todas las pelotas, por eso el clásico fue friccionado y me duele todo pero me voy con la felicidad por ganar”.
Con el título del Apertura recién ganado y este buen arranque del certamen, el sobrino del técnico de Rivadavia sigue saboreando las mieles de la victoria y demuestra que volver al fútbol doméstico le hizo bien, a pesar de los años que pasó en Asia.
“La verdad que estoy muy feliz, siempre le digo a los muchachos que estoy contento de haber vuelto y de sumarme a este grupo increíble”, comentó. Y añadió: “Yo juego donde me hace feliz, disfruto de este equipo hermoso y estoy contento por haber ganado este partido porque si bien salimos campeones, a veces en dos meses todo se olvida, por eso queremos seguir ganando”.
Esas ansias por buscar el bicampeonato se traslucieron en los cánticos de los jugadores después de la victoria en el clásico.
Al respecto, Rodrigo dijo: “El campeonato pasado la peleamos mucho, nos tocaron cruces muy duros en cuartos, en las semis y luego en la final, pero creo que hemos sido superiores a todos. Y la virtud que tiene Rivadavia es que el grupo es muy unido y tenemos una autocrítica impresionante”.
En ese sentido, reveló: “En Tío Pujio, después del partido ante Yrigoyen, notamos que estuvimos relajados y el lunes siguiente fuimos a entrenar, nos dijimos a la cara las cosas mal que hicimos. Al otro fin de semana tuvimos revancha, jugamos contra un equipo de otro nivel (Alumni) y creo que no hubo diferencias, hasta tuvimos chances para ganarlo. Esta vez jugamos un partido clave y, cuando estábamos calentando, ya sabíamos que íbamos a matar o morir. Por suerte ganamos”.
¿Podrá Rivadavia meter un doblete en el año? Por ahora, el Clausura recién comienza. “Hay que seguir mentalizados”, aseguró Santoni.