Es sabido que la obesidad y el tabaquismo tienen consecuencias negativas en la salud de las personas, pero no muchos conocen la estrecha vinculación que mantienen con la infertilidad, afectando tanto a mujeres como a hombres.
Hábitos de vida y salud
Habitualmente, cuando una pareja acude a una consulta médica por temas de infertilidad, lo primero que se indaga -y de hecho se supone la causa de dichas dificultades para concebir- es la posible existencia de algún trastorno a nivel hormonal, anatómico o seminal.
Sin embargo, estos trastornos no son los únicos causantes de este problema, ya que existen otros factores de infertilidad que tienen una estrecha relación con nuestro modo de vida o con hábitos que inciden en nuestra salud directamente.
En este marco, en la actualidad existen dos situaciones claramente definidas que inciden de modo evidenciable y cuantificable en la fertilidad: la obesidad y el tabaquismo.
El factor obesidad
La obesidad es un creciente problema poblacional a nivel mundial y nuestro país no está exento de esta realidad. De hecho, un estudio epidemiológico argentino de 2004 detectó que un 27% de la población del país padece obesidad y 60%, sobrepeso.
Como enfermedad sistémica, la obesidad afecta todas las funciones del organismo (mayores riesgos de enfermedad cardiovascular, diabetes, apnea del sueño y osteoartritis, entre otras). Lo mismo ocurre con el sistema reproductivo.
En 2007, un estudio de Ramlau Hansen, de UCLA, demostró que la obesidad tiene un efecto dosis-dependiente y sinérgico: disminuye objetivamente la fecundidad. A mayor peso, mayor impacto, y con menos chances de embarazo aun si los dos miembros de la pareja padecen obesidad.
En la mujer obesa está demostrada una menor fertilidad aun con ciclos ovulatorios normales y mayor porcentaje de aborto espontáneo. En el hombre obeso, en tanto, se han visto mayores anomalías seminales y menor tasa de fecundidad que en la población con peso normal.
Independientemente de a qué nivel se vea la afectación, es claro que el sobrepeso y sobre todo la obesidad condicionan nuestras chances de descendencia.
El factor tabaquismo
De todas las drogas peligrosas, el cigarrillo es la más socialmente aceptada. En Estados Unidos fuma el 30% de las mujeres y el 35% de los hombres, aunque en estos años hemos visto esfuerzos por evitar fumar en lugares públicos (disminuyendo los fumadores pasivos).
Al margen del conocido daño sistémico, existe una clara asociación entre el tabaquismo y la infertilidad, en forma dosis-dependiente, es decir, a mayor tabaquismo mayor impacto en fertilidad.
Un metaanálisis de 1998 detectó un 60% más de infertilidad entre las parejas fumadoras. Además, el fumar disminuye la reserva ovárica (por destrucción acelerada de óvulos) y adelanta la menopausia en 1-2 años. Asimismo, en pacientes que son sometidas a fertilización in vitro, la chance de embarazo es un 34% más baja en las fumadoras que en el resto de las pacientes. Por último, el tabaquismo aumenta el riesgo de aborto espontáneo en pacientes ya embarazadas.
Conclusiones
Como organismos complejos, estamos condicionados por nuestro entorno y por lo que consumimos. En este marco es imperativo entender esta relación a la hora de explicar situaciones particulares de infertilidad, demoras en la concepción, fallas en tratamientos y aun pérdidas de embarazos.
Como parte del estudio y tratamiento de la infertilidad, es primordial la detoxificación en los casos que hubiera (una frase útil para recordar, es que en vez de decir “dejo de fumar cuando me embarace”, debo decir “dejo de fumar para lograr embarazo”), y la adecuación del peso corporal, lo que involucra un trabajo multidisciplinario (nutricionista, psicólogos si fueran necesarios y eventualmente cirugía bariátrica cuando esté indicada).
Dr. Fernando Beltramone
MP 22.205 - ME 9.064
Especialista en Ginecología y Obstetricia, en Medicina Reproductiva y en Cirugía Video Asistida