Con palas y azadas en mano, los estudiantes de la Escuela Superior de Lechería (ESIL) que cursan el primer año de la carrera de Agronomía (articulada con la Universidad) comenzaron esta semana a preparar la tierra para una huerta orgánica en el mismo predio de la institución.
“La idea es complementar los conocimientos teóricos con la práctica y además utilizar el espacio que tiene la escuela, el que hace casi una década que no se usaba para este fin”, dijo Pablo Páez, del Departamento de Investigaciones de la ESIL.
Los estudiantes se organizaron en comisiones y cada grupo va a seguir un cultivo determinado.
“Vamos a comenzar con los cultivos de primavera”, informó. Por ello, preparaban la tierra para la siembra de pimientos y tomates, entre otros.
“Es un poco tardío para el pimiento, pero vamos a ver la evolución. En lo que hace al tomate, lo haremos por plantines que crecerán en el invernadero instalado en nuestro mismo espacio. Se trata de un invernadero simple, a dos aguas, donde haremos prosperar el cultivo para luego trasplantarlo”, agregó.
Lo novedoso de la huerta es que se realizará con un concepto orgánico. Para fertilizar, dispondrán del compost que ellos mismos preparan en la institución y en lugar de agroquímicos para alejar insectos echarán a mano de aquellos “trucos” caseros como el jabón blanco o el tabaco. “También sembraremos caléndulas, que sirven para atraer los insectos y alejarlos de la huerta”.
“La respuesta de los chicos a esta iniciativa fue muy buena. Ahí los ves, todos con su pala”, dijo Páez mientras mostraba la flamante huerta de la ESIL.
A su turno, el magíster Hernán Alassia, director del Centro Universitario Mediterráneo (que vincula a la ESIL con la Universidad en las carreras articuladas), destacó que la idea “es que los chicos sientan la tierra”.
“Esta actividad práctica es un buen complemento no sólo para la actividad académica, sino también para la investigación”, expresó.
El proyecto se comenzó a desarrollar esta semana en un espacio de 20 a 25 metros cuadrados ubicados en los fondos de la institución. El invernadero cuenta con 10 metros cuadrados.
La práctica se extenderá hasta noviembre, oportunidad en la que cada comisión deberá presentar un informe con las conclusiones de la actividad práctica y seguramente podrán despedir el año con la huerta en todo su esplendor.
La mirada de los estudiantes
La joven mendocina, de apellido Rolón, está en Villa María por los estudios de Agronomía en la ESIL. “Cuando nos dijeron de la huerta, nos entusiasmamos todos y acá estamos, disfrutando. Creo que a todos los que elegimos esta carrera nos gusta este tipo de actividades”, expresó.
Por su parte, el joven olivense Gastón Rossi señaló su satisfacción porque el grupo es “el primero en retomar esta actividad práctica” y deseó que puedan ser “inspiración para los que vienen”.
Gastón tiene experiencia en huertas dado que en el secundario al que asistió (Sagrado Corazón) tuvieron un proyecto de huertas en cuarto y quinto año. “Igual, hace dos años que no agarro una pala y se siente”, bromeó. (Fotos 2 y 3)
Foto 1: Con pala en mano, los estudiantes iniciaron la huertaCon pala en mano, los estudiantes iniciaron la huerta
Foto 2: Hernán Alassia, titular del Centro Universitario Mediterráneo
Foto 3: Pablo Páez, director del Departamento de Investigaciones de la ESIL