A poco de concluida la audiencia del jueves, y mientras unas pocas personas aguardaban el ascensor en el pasillo del quinto piso de Tribunales, una joven mujer se acercó al periodista de EL DIARIO que está cubriendo el juicio y le preguntó: “¿Vos viste el video?”.
Obviamente se refería a la filmación que registró el preciso momento en que el femicida Cristian Moschitari era detenido, instantes después de haber asesinado a mazazos a su expareja, Claudia Rodríguez, el jueves 29 de setiembre de 2011.
Tras la respuesta afirmativa, la mujer le entregó una carta y se retiró del lugar sin agregar nada. Poco después supimos que se llama Mónica y que era amiga de Claudia.
El video al que alude es el que un empleado administrativo del colegio Rivadavia captó con su teléfono celular y luego entregó a este matutino para difundirlo en su página web como un documento de valioso contenido periodístico y que también fue requerido por la Justicia para incorporarlo a la causa como prueba de cargo contra Moschitari.
A tan sólo 4 segundos de empezar la grabación, puede escucharse claramente al homicida decir “se lo merecía, me hizo de todo”, y fue precisamente esa frase el disparador para que Mónica escribiera esta conmovedora carta que transcribimos a continuación.
El texto completo
Hace dos años que me da vuelta una frase en la cabeza y me parecía que no era todo el tiempo, que había días que sí y días que no. Pero después pensé qué días me acordaba de esa frase y me di cuenta que cada 3 de abril, cada 13 de junio, cada 7 de julio, cada Día de la Madre, cada Navidad, cada Día del Niño, cada acto de la escuela, cada vez que paso por esa calle, cada vez que le miro esos ojazos que tienen los dos… y al final eran todos los días.
Todos los días me acordé de vos, Claudia, todos los días en estos dos años me pregunté que significó la frase “se lo merecía, me hizo de todo”.
Hace poco, transitando uno de los caminos que me tocaron en esta vida, encontré a alguien que me preguntó si yo sabía cuál era lo contrario al merecimiento. Yo no sabía. Pensé y dije ¿el no merecer? No, me dijo… lo contrario al merecimiento es la culpa. Y a pesar de que me quedó grabado, no fue sino hasta hoy que uní esas dos frases.
Y ahora me pregunto: ¿por qué alguien puede decidir qué te merecías? Porque desde el 29 de setiembre de 2011 pasaron muchas cosas que te merecías: te merecías estar en la fiesta de promoción de Estefanía, en la fiesta de promoción de Gennaro, en el primer día de 1º grado de él, en el primer día de 1º año de ella, en la primera salida de ella, en la primera vez que se compró unos zapatos con un poquito de taco, en los dos días de la madre que no estuviste, en las dos navidades que faltaste, en los dos Año Nuevo que no te sentimos, en los dos días del niño que no los despertaste con el desayuno en la cama, en los dos 13 de junio que la “Tefi” cumplió años, en los dos 7 de julio que el “Genna” festejó el suyo, en los dos 3 de abril que hubieses cumplido 37 y 38, en los días del amigo que no pudiste festejar con tus amigas… en tantos días que no los puedo nombrar.
Te merecías estar ahí, te merecés estar acá, te merecías vivir más con tus hijos, te merecías vivir más tiempo feliz, te merecías enamorarte, te merecías poner la música fuerte y bailar con tus hijos como hacías a veces, porque nada de lo que te merecías era injusto.
La culpa no era una opción, basta de sentirte culpable. Eso te merecías, ser feliz y libre.
Pero alguien, a quien no le correspondía decidir, decidió por Dios, por vos, por tus hijos, por tu familia, por tus amigos, por nosotros y hasta decidió por la sociedad, que no quería que esto pasara. Ninguno de todos queríamos que esto pasara, pero alguien decidió que te merecías la muerte porque le habías “hecho de todo”.
¿Que habías hecho para perderte de todo esto? ¿Quién puede pensar que te privaba a vos de vida y a los demás de vos?
Te extrañamos mucho, todos los días, no sólo los días especiales.
Queremos justicia, porque si para alguien no merecías vivir, entonces ese alguien necesita que la Justicia le demuestre lo que él merece.
Que cada uno tenga lo que merece, porque vos no lo tuviste… y ahora no te tenemos.
Mónica