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A festejarlo. Carlos Herrera sale cantando la apertura del marcador mientras lo espera Maldonado. "Falucho" volvió a su costumbre de festejar con la camiseta de Alumni |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
Alumni regresó una noche a Plaza Ocampo para iniciar 2009 sumando de a tres, que siempre es positivo en esta maratónica lucha que se plantea en el torneo Argentino A. Y para resaltar que regresar es bueno, vale la muestra personificada en el delantero Carlos Herrera, quien -en su vuelta oficial al club villamariense- marcó el gol del 1-0 ante Talleres de Perico.
Hasta allí, la historia arrojó sensaciones interesantes y buena onda, sobre todo porque se dio un paso largo para olvidarse por un rato de pelear un descenso y acercarse a los de arriba. Pero es precisamente el resultado lo que se rescata de lo sucedido en la "Placita".
En lo demás, quedó claro que Alumni deberá mejorar algunos aspectos preocupantes que, esta vez, no fueron traumáticos porque el rival de turno resultó ser un equipo insulso, que juega con el corazón en la mano y muchas carencias.
A pesar de las bajas importantes que sufre para armar el equipo, el técnico Mauricio Magistretti se las rebuscó para poner en cancha una formación fortinera que salió decidida a jugar rápido y ser punzante, con dos delanteros que hacían su reestreno (Herrera y Raúl Maldonado) y un mediocampo liviano para tocar, donde se incluyó a Facundo Basualdo desde el sector derecho.
Pareció que la propuesta era eficiente, sobre todo por la verticalidad que se impuso desde el inicio, pero de a poco todo fue un espejismo porque, más allá de la búsqueda constante, Alumni careció de juego preciso y el entusiasmo superaba a la tranquilidad para armar juego y pensar en la definición. De hecho, la primera aproximación clara de peligro fue provocada por un error del arquero jujeño, Raúl Cano. Pero el tiro libre dentro del área que cobró el árbitro terminó desperdiciado.
La cantidad de errores en la entrega de la pelota daban cuenta de la falta de fútbol que padecen los equipos en este arranque de temporada, a pesar que Alumni buscaba más acelerado que la pelota y que Talleres no resolvía más allá de la mitad de la cancha.
Sin embargo, en un momento de inspiración, a los 37 minutos de la etapa, llegó la mejor jugada del partido, bien nativa de estos pagos, ya que el perdiceño Matías Bolatti zigzagueó por el medio y se la tocó bien al playosense Juan Aimar, quien levantó la cabeza y habilitó de manera perfecta al villamariense "Falucho" Herrera, para que éste defina con sapiencia, perfecto, al palo más lejano. Fue un golazo, tal vez un oasis en medio de ese desierto de mal fútbol que imperaba en el ambiente.
Es que ni el "Bocha" Maldonado (que alternó malas con algunas pinceladas de su jerarquía) gravitó sólo hasta esos minutos y posteriormente no estuvo acertado. Pero no fue el único. El resto fue fuerza, disputa en el medio y pases erráticos.
En el segundo tiempo, un Talleres que apenas se había asomado en tres cuartos de cancha, necesitó de cambios; el técnico Aniceto Roldán agotó todo en cinco minutos y eso parecía darle frutos.
Por lo que significa ser último y necesitar puntos como lluvia para el campo, el equipo jujeño le imprimió voluntad extrema al partido para ir al frente. Y Alumni, sin Aimar (salió con un golpe), no se animó a tener la pelota como antes, por lo que retrocedió metros.
Tras un pelotazo de Sergio Castillo, Rubén González quedó mano a mano con Julio Chiarini y pifió en la definición. No obstante, esa acción demostraba que los visitantes no querían entregarse por la mínima diferencia.
Alumni, sin contención en el medio más que la del pacman Ariel Quiroga, se sostuvo finalmente con la fuerza de Figueroa y compañía, y apenas asomó cabeza por el arco contrario cuando Herrera, en jugada personal, remató al lado de un palo.
Encima, el asistente Javier Caro Aguirre le cobró posición adelantada al ingresado Diego Núñez cuando empujaba la pelota a la red, tras un despeje del arquero de Alumni, lo que despertó la bronca del conjunto jujeño.
El susto fue apenas eso, pero dejó advertencia si se tiene en cuenta que otros rivales no perdonarían la siesta prolongada que se pegó, a la hora de jugar- el conjunto de Magistretti.
El ingreso de Jerónimo Vidal (refuerzo) para administrar la pelota resultó interesante y Alumni finalmente se quedó con la victoria que, en definitiva, era lo que buscaba.
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