La artista plástica villamariense Julieta Barbuio fue convocada por el Consorcio Caminero 124 para plasmar un mural alusivo en la sede de la entidad ubicada en el paraje Santa Rosa, a pocos kilómetros de nuestra ciudad.
Para tal fin, Barbuio a su vez invitó a su amiga y pintora Gisel Rosso, una reconocida muralista oriunda de la ciudad santafesina de Reconquista, quien además oficia como delegada de su provincia en el movimiento federal de muralistas Italo Grassi.
La propuesta, como suele suceder con esta clase de trabajos de amplias dimensiones, contó con la participación de los habitantes y visitantes ocasionales del lugar. Por ello, la labor creativa comenzó el sábado 17 y finalizó a la noche del domingo 18. "Fue una hermosa experiencia no sólo por lo que significa para nosotras llevar nuestro arte por diferentes lugares, sino también por la sorpresa y emoción que causamos a los vecinos y el hecho, además, de sentirnos identificados y parte de algo tan grande", comentó Barbuio a EL DIARIO.
En cuanto a la temática del mural, que cuenta con 100 metros cuadrados, la artista señaló que "la idea surgió en primer lugar de los integrantes de la comisión y desde ahí nosotras construimos la imagen final. En primer plano se ve una niña que está cocinando con tierra, mostrando de esta manera la idea de la alegría, el juego y el futuro. A su lado aparece una motoniveladora, una máquina muy utilizada para el arreglo de los caminos de lugar. Se brindó también una fuerte presencia de las cosechas características de la zona, como lo son el sorgo, el maíz, la soja y el trigo, entre otros, las cuales aparecen entrecruzadas por diferentes caminos que nos muestran además su pasado, con la aparición de un sulky y una bicicleta”. “Para cerrar la obra se colocaron dos manos con camisa de grafa, que significan el trabajo de todas las personas que desinteresadamente siembran su semilla", concluyó.