Pre parto
Antes de que la mujer llegue al inicio del trabajo de parto propiamente dicho, tendrá algunos síntomas y observará signos que le servirán para darse cuenta de que se aproxima el momento del parto, aunque no siempre en forma inmediata. A esta etapa previa al inicio del trabajo de parto, se la denomina “preparto”, y puede durar hasta dos semanas. No todas las embarazadas se dan cuenta de que están pasando por la etapa del preparto, algunas comienzan directamente con las contracciones rítmicas características del trabajo de parto.
El preparto es una etapa de preparación para el parto acompañada de momentos de incertidumbre para la mujer, ya que puede pasar que cuando decida llamar a su médico desaparecen las contracciones. Es muy importante la relación que se haya establecido con el equipo obstétrico, porque serán sus integrantes quienes llevarán tranquilidad a la embarazada y su familia.
Estos síntomas prodrómicos (manifestaciones inespecíficas precursoras de un evento, en este caso del trabajo de parto) se sienten como el trabajo de parto, ya que la mujer tendrá cambios físicos y emocionales que la preparan para el momento del parto.
Los cambios que percibe la embarazada durante el período de preparto son:
Notará que le es más fácil respirar porque la cabeza del bebé, al descender al interior de la pelvis, deja de presionar los pulmones de la madre para hacerlo sobre la vejiga, por lo que la embarazada en el preparto orina con más frecuencia. En las primigestas (mujeres que están embarazadas por primera vez) este cambio se nota unas semanas antes del inicio del trabajo de parto, a diferencia de aquellas mujeres que ya han tenido otros partos y pueden notarlo próximo al mismo.
La pérdida de un flujo grisáceo teñido con sangre se produce porque el cuello uterino, al comenzar a dilatarse, permite la expulsión del tapón mucoso (conglomerado de moco que se forma a raíz de la secreción aumentada por parte de las glándulas del cuello uterino, cuya función es proteger la cavidad uterina de las infecciones). La sangre aparece como consecuencia de la ruptura de los capilares (pequeños vasos sanguíneos) al dilatarse el cuello del útero. Algunas mujeres llegan al parto sin haber notado la pérdida del tapón mucoso.
El bebé se mueve menos dentro del abdomen materno porque va introduciéndose en el interior de la pelvis, donde tiene menos espacio para moverse.
La embarazada se nota más cansada, pero al mismo tiempo siente que tiene que limpiar su casa y preparar el cuarto del bebé, es decir, aparece en ella ya sea en forma intensa o sutil, el “instinto de preparación del nido”.
Puede notar la pérdida de líquido amniótico por la ruptura de las membranas que rodean a la cavidad amniótica (amnios y corion). Algunas mujeres confunden esta pérdida con orina o flujo líquido. Para identificarlo hay que considerar que el líquido amniótico es transparente, tiene olor a lavandina y aparece sin que la mujer haya tenido ganas de orinar. Sólo el 10% de las embarazadas rompen bolsa antes del parto.
Durante el embarazo, el útero se contrae con las contracciones de Braxton Hicks que, si bien aumentan su frecuencia a medida que transcurren los meses, son más frecuentes en el preparto. Puede presentarse una por hora o dos o tres cada 10 minutos, por un tiempo limitado. No son rítmicas y pueden o no ser dolorosas, aunque pueden producir molestias que la embarazada percibe en la ingle o en la parte alta del abdomen. La función que cumplen estas contracciones es la de modificar el cuello uterino, preparándolo para el parto. El cuello se centraliza (habitualmente está orientado hacia la pared posterior de la vagina), reblandece (disminuye su consistencia) y acorta (disminuye su longitud).
¿ Cómo diferenciar el preparto del trabajo de parto? Fundamentalmente por las contracciones. En el preparto además de ser irregulares, con reposo desaparecen. Si en cambio se inició el trabajo de parto, las contracciones aumentan en forma progresiva su intensidad y frecuencia, independientemente del reposo o la actividad de la mujer. En el preparto, el cuello del útero se modifica pero no se dilata, lo que marca otra diferencia con el verdadero trabajo de parto.
Durante las dos semanas que suele durar el preparto, se le debe prestar atención a los cambios que pueda percibir la mujer, y ante cualquier duda conviene consultar con el equipo obstétrico que atenderá el parto. Cuando esta etapa se prolonga y las contracciones le producen molestias a la embarazada sobre el pubis, el médico puede indicarle, además del reposo, medicamentos que inhiban las contracciones.
Falso trabajo de parto
La espera del parto generalmente se acompaña de un sentimiento de ansiedad e incertidumbre. La identificación del inicio del trabajo de parto no sólo es importante para la pareja sino también para el equipo obstétrico, porque un diagnóstico correcto previene complicaciones para el bebé y la madre durante el parto.
Las contracciones uterinas sirven durante el trabajo de parto para que descienda el feto y se dilate el cuello uterino, y de esa manera permitir que salga el bebé al exterior.
Durante las últimas semanas del embarazo, la mujer tiene contracciones más frecuentemente y de mayor intensidad que pueden ocasionarle algunas molestias, pero que no dilatan el cuello uterino ni producen el descenso del bebé. Se trata, entonces, de un “falso trabajo de parto”.
En este caso, las contracciones son irregulares, de poca intensidad o se alternan contracciones fuertes con débiles. Si producen dolor, éste aparece en la parte anterior del abdomen, a diferencia de las del parto verdadero que se inician en la espalda y se movilizan hacia la parte anterior del abdomen.
Cuando se presenta un “falso trabajo de parto” el reposo o el cambio de posición calma las contracciones, a diferencia del inicio del trabajo de parto durante el cual el útero se contrae, independientemente del reposo, con más intensidad a medida que pasa el tiempo. Algunos obstetras recomiendan a la embarazada darse una ducha tibia y realizar ejercicios de relajación para que pueda descansar mejor.
Centro Integral de Preparación para el Parto
Patricia Rodríguez de Vodanovic
Lic. en Educación Física, Kinesiología y Fisioterapia
MP 5215
rodriguezpatriciac@hotmail.com