La semana pasada se exhibió en el Espacio INCAA km 555 ubicado en la medioteca municipal, el filme "Norma Arrostito, Gaby la montonera", protagonizado por Julieta Díaz y dirigida por César D’Angiolillo.
Precisamente el realizador, de vasta trayectoria en la cinematografía nacional como director ("Matar al abuelito" y "Potestad") y montajista, dialogó antes del estreno con la prensa villamariense acerca del abordaje de la intensa, apasionante y polémica vida de la militante además de aportar su mirada sobre la industria audiovisual en nuestro país.
Ante todo, aclaró que la película no fue una motivación personal inmediata, dado que fue convocado por la escritora e historiadora María Seoane para que plasmara en imágenes el ciclo de biografías "Vidas argentinas", que ya cuenta con materiales sobre Lugones, Ramón Carrillo, Haroldo Conti y John William Cooke (algunas a estrenar).
No obstante, señaló la curiosidad y admiración que le profesaba Arrostito, sobre todo por su determinación de optar por la lucha armada, donde la muerte era una posibilidad cercana. "Eso me otorga la chance de acercar a las generaciones actuales los pensamientos, ideas y sensaciones de aquella generación. Y me di cuenta que los jóvenes necesitan y desean que les cuenten qué pasaba. Es raro pero cuando terminan las funciones, me vienen a dar las gracias", indicó. "Mi interés -añadió- partía de la base de que también se trata de un mito y los mitos no tienen explicación".
Al mismo tiempo, aclaró: "No estoy ni estuve a favor de la lucha armada, pero me llama la atención las motivaciones que tenían y defendían".

Sin la cúpula montonera

El filme, realizado con bajo presupuesto, no sólo cuenta con la participación de Julieta Díaz sino que está encuadrado en el formato de docu-drama, donde se mezclan testimonios e imágenes reales con ficción. D’Angiolillo explica que, de esa manera, una parte "potencia a la otra" en el desarrollo del filme, trazando un panorama más palpable sobre aquellos años. La película no cuenta con la palabra de la cúpula de Montoneros (que decidiera no emitir opinión en ninguna producción del género), ni de familiares cercanos, salvo una prima. "De algún modo me benefició que no apareciera la plana mayor montonera porque yo quería que hablaran sus compañeras, las soldado raso", agregó. Como dato curioso, el director indicó que el comienzo del rodaje coincidió con la desaparición de Julio López, lo cual complicaba el acercamiento de ex militantes, por temor a represalias. De hecho, en diciembre pasado, una función del filme en el Malba de Buenos Aires debió ser suspendida por una supuesta amenaza de bomba. Por suerte fue sólo una falsa alarma.