De manera sorpresiva, Darío Eduardo Ranco presentó ayer su renuncia “indeclinable” a la Presidencia de la Federación Cordobesa de Fútbol, argumentando “razones personales”, durante una reunión de Consejo Directivo de la entidad.
Ranco, quien había sido reelecto por unanimidad y aclamación el pasado sábado 20 de abril, renunció mediante una nota que le dirigió al vicepresidente de la FCF, Norberto Ferrero, en la que argumentó “razones personales” para tomar esta decisión.
“Juntos hemos transitado por un camino difícil, en muchas oportunidades sorteando escollos que parecían insalvables, priorizando siempre el bienestar de las ligas adherentes, la de sus respectivos clubes y la posibilidad de poder mantener un calendario anual de competencias”, escribió, entre otras cosas, el expresidente de la Liga Villamariense.
Ranco llegó a la Presidencia de la FCF en 2001 y, desde entonces, siempre fue electo por sus pares para continuar en el cargo.
La creación de la casa propia (como lo hizo en la Liga), el impulso de los torneos (sobre todo los de juveniles) y la relación con AFA fueron los puntos más sobresalientes de su gestión a lo largo de los años en los que fue cosechando elogios a lo largo de todo el territorio cordobés, como así también desde la propia sede madre del fútbol argentino, a punto tal que Julio Humberto Grondona vino seguido a la provincia, cada vez que Ranco lo invitó desde la Federación.
El caso es que Ranco también es legislador de la provincia y cuenta con una apretada agenda que no le permite seguir de manera tan activa en la entidad futbolera como en otras oportunidades.