A la hora de elegir una forma de alimentar al bebé puedes optar por amamantarlo a libre demanda, lo que quiere decir que ofrecerás el pecho a tu bebé todas las veces que él quiera. Tal vez te encuentres con muchas personas que estarán en contra de este método y que van a darte otras alternativas para ordenarte con la lactancia y personas que te apoyarán en esta decisión acompañándote y alentándote para que sigas con una lactancia exclusiva.
Debes saber que la lactancia materna puede ofrecerse de diferentes formas entre ellas puedes encontrar: una alimentación reglada (se ofrece el pecho cada determinadas horas); una alimentación mixta (leche materna y de formula) y una alimentación a libre demanda (el bebé pide mamar y la mamá le da). Cada una tiene sus beneficios y contras, pero seguramente la forma de ofrecer el pecho que has elegido o que vallas a elegir será con la que te sientes más cómoda y la que te dará mejor resultado, eso convierte al método en el correcto para vos y tu hijo.
Amamantar al bebé entre ocho y dieciocho veces en veinticuatro horas es la mejor forma de establecer una buena provisión de leche adecuada.
Para asegurarte de que tu bebé está tomando bien y vaciando el pecho, vas a dejar que tome todo el tiempo que desee de un solo lado y que deje de mamar cuando él lo decida. Sólo si tu bebé se quedó con hambre le ofrecerás el otro pecho. En una próxima mamada debes ofrecerle el pecho lleno (el que no tomó en la mamada anterior o con el que terminó de alimentarse). Con esta técnica te aseguras que el bebé se está alimentando bien y que los dos pechos recibirán la misma estimulación.
Ni bien estés en la habitación con tu hijo debes amamantarlo, no importa que el nacimiento haya sido por parto natural o por cesárea, mientras que los dos estén bien de salud la lactancia puede comenzar.
Cuando te encuentres en la clínica la leche madura no va a haber bajado, aunque tu bebé se alimentará del calostro que es rico en calorías y por sus propiedades está catalogado como la primera vacuna que recibirá tu bebé. ¡Imagina la importancia que tiene que tu bebé sea alimentado con este calostro! No hace falta que tu bebé reciba suplementos en esta etapa.
Te darás cuenta que la leche ha bajado cuando tus pechos se pongan duros, sensibles y pesados. Sentirás el flujo de la leche por los conductos y verás que en los ángulos de la boca del bebé hay un líquido blanco. Tu hijo tragará rápidamente.

Primeras semanas

En las primeras semanas después del nacimiento el bebé se alimenta entre cada una y tres horas. Con el paso del tiempo, tu bebé consumirá más cantidad de leche en cada comida y reducirá el número de tomas diarias.
Si el bebé es de dormir mucho por las noches no se recomienda que lo despiertes, aunque deberás asegurarte de que las tomas del día sean las suficientes como para que se alimente bien.
Cuando el bebé nace y en los días siguientes deberías evitar ofrecerle el chupete. Esta succión que hace tu hijo lo cansa y le quita energía para alimentarse. Come poco, se duerme cansado y con hambre, por lo tanto al poco tiempo se despierta para volver a tomar. Este es el típico caso de los bebés que se despiertan a cada hora.
Alrededor de las tres y seis semanas, y de los tres y seis meses, tu bebé tal vez cambie su esquema de alimentación y vuelva a la alimentación más frecuente. Las mamás frente a esta demanda mayor sienten que no tienen suficiente leche o que la lactancia ya está llegando a su fin. Es sólo una cuestión de tiempo la que necesitas para que tu cuerpo fabrique la cantidad de leche que le están demandando. En general, en el lapso de una semana, las necesidades del bebé y la producción se equilibran.
Aunque es la mamá quien alimenta el bebé, el apoyo de la familia y el de la pareja a menudo son factores determinantes para el éxito de la lactancia materna. Tu familia puede ayudarte para que puedas descansar y alimentarte bien. Si logras aliviar en parte tus tareas cotidianas, estarás más libre para cuidarte y cuidar a tu bebé.
Casi todas las mujeres tienen problemas o dudas con respecto a la alimentación con pecho en las primeras semanas posteriores al nacimiento. Algunos son comunes y predecibles y se manejan con facilidad. Otros son más serios y requieren mayor información y asistencia. Siempre consulta con tu obstetra, él te orientará los pasos correctos a seguir.

Indicaciones

Masajes para facilitar la bajada de la leche
-Antes de la comida:
Rodea los pechos con tus manos y frota con suavidad y firmeza desde la pared del tórax hacia la aréola. El resultado es más positivo si estás sin corpiño
Masajea secciones de tu pecho en forma circular con la yema de los dedos. Desde la pared del tórax a la aréola.
Además, trata de visualizar el flujo de la leche mientras realizas el masaje.
-Durante la mamada
Una vez que el bebé está prendido del pecho, presione con suavidad con la yema de sus dedos contra las glándulas productoras de leche ubicadas en el cuadrante externo superior de tu pecho, cerca de tu axila. Esto provocará una bajada mayor de leche y el bebé tomará mejor.
Si notas que hay una zona con durezas debes masajear para que se afloje. Aprovecha cuando el bebé este amamantándose.
Amamantar a tu bebé es el mejor regalo que puedes brindarle.