Escribe: Juan Manuel Gorno
A veces pueden unirse dos historias en un mismo partido para hacerlo entretenido, aunque el final no tenga vencedores ni vencidos.
Sucedió ayer, en cancha de Alumni, donde el local y Atlético Ticino empataron 2 a 2 y se repartieron no sólo puntos, sino también virtudes, errores y protagonismo.
En el recuento final, quizás puedan compartir la desazón por no poder ganar (el “Fortinero” venía de empatar y el visitante de perder), pero cada uno entendió que, a pesar de esa carencia, hubo señales positivas para aferrarse con la intención de mejorar en el futuro.
Primero Alumni
La primera historia la escribió Alumni, amo absoluto de un primer tiempo en el cual expuso su mejor rostro desde la frescura en el juego de sus juveniles.
Un golazo a los seis minutos fue el prólogo de esa imagen positiva en el equipo de Carlos Bonaveri: el toque seguro por el medio de Nicolás Rey, la proyección de Federico Segura y el pase de éste por delante de la última línea ticinense sirvió para la aparición por sorpresa de Joaquín González, quien tomó la pelota afuera del área y sacó un tremendo disparo que se metió al ángulo.
Con el 1 a 0, Alumni se envalentonó sin desconcentrarse en la mitad de la cancha, donde Daniel Ramírez actuó de “parabrisas” para cortar el juego y distribuir, en la medida que el propio González o Nicolás García acentuaban el toque preciso para triangular con criterio.
A todo esto, Ramírez se ocupó también de mantener a la figura rival, Ayrton Páez, fuera de la línea de fuego, apoyado en los anticipos de los centrales.
Pudo aumentar Alumni tres minutos luego del gol, pero el arquero Emiliano Rodríguez no se lo permitió a García, mano a mano.
Ticino recién mostró una reacción después de los 20 minutos, cuando Claudio Andrada se asoció con Páez y Gonzalo Bertola trabajó más retrasado. Sin embargo, en la más clara, un tiro libre de Ayrton encontró una gran respuesta del seguro Santiago Serena, la pelota dio en el travesaño y se perdió afuera.
Para completar esa mala racha del visitante, a los 40’ llegó el blooper de la tarde: Mauricio Savino, presionado por Ramírez, se la tocó al arquero Rodríguez, quien la quiso pisar pero la perdió con el mediocampista de Alumni, que luego sólo tuvo que empujarla al gol para rubricar el 2 a 0. Premio para quien, hasta allí, era la figura de la cancha.
Después Ticino
El segundo tiempo fue otro capítulo bien diferente, motivado por circunstancias conocidas del fútbol: los cambios más punzantes del técnico que va perdiendo, una expulsión tempranera para el equipo que va ganando, el orgullo de un crack herido (Páez) y la desconcentración de un equipo juvenil... Un poco de todo.
Lo concreto que Germán Vicario entendió es que faltaba peso en el área rival, entonces cambió a un volante (Bianchi) para meter a un delantero rápido (Nicolás Gayoso), en la medida en que Lucas Damiani salió del fondo para jugar en el centro, mientras Bertola se acoplaba en el armado.
Alumni quiso trabajar el partido como antes, pero a los 9 minutos se fue expulsado -por doble amarilla- el central Sandro Bustos, uno de los que se había ocupado de cortar a Páez con anticipos.
Así, mientras Ayrton se cargó el equipo al hombro, la estructura del local empezó a flaquear por el retroceso lógico de los volantes, sobre todo de Ramírez, quien pasó a tener un papel más defensivo.
Atlético hizo méritos para convertir, pero tardó por puntería fallida o porque enfrente se lucía Serena, de modo que Páez, el ingresado Santunione (otro delantero) y Bertola se quedaban con las ganas. No obstante, a los 29’ el árbitro cobró una mano con intención de Ferrari, en el área de Alumni.
Allí resurgió no sólo Ticino sino también Páez, quien venía de dos penales atajados del partido anterior (obra del arquero Simón Melano, de Universitario) y esta vez se paró de frente a Serena para picarla con la categoría de un veterano, siendo un pibe, y establecer el descuento.
Desde allí hasta el final, el visitante se la jugó por el empate, a pesar de que perdió a Damiani por expulsión.
Serena le tapó un mano a mano al propio Ayrton a los 40’ y, en un contragolpe, lo pudo ganar Alumni, pero la jugada de Jonathan Castro terminó con un remate desviado de Joaquín González.
Dos minutos después, como corolario de un partido electrizante, Páez decretó el empate tras un centro a la olla que le bajó Gayoso, frente a las narices del arquero.
El árbitro
Cristian Rivadera se fue insultado por los hinchas de Alumni al cierre del partido, aunque no cometió grandes errores. Estuvo bien en las expulsiones y el penal es discutible, pero queda a su criterio porque la mano existió. Se equivocó en algunas infracciones y le faltó mirar más a los asistentes para efectuar los cambios.
La figura
En un partido cambiante, Daniel Ramírez, en Alumni, y Ayrton Páez, en Ticino, fueron los más encumbrados. El centrocampista local jugó muy bien y marcó un gol con picardía. Y el diez visitante fue el artícife de la remontada de su equipo y marcó dos goles, uno de penal.